Do you think I'm cool too? Or am I too into you?

13 7 2
                                    

—¿Estás nerviosa por tu primer día de trabajo? —me pregunta Aaron.

—Pues más o menos. No es la primera vez que voy y hago algo allí, pero es la primera vez que si la cago, me van a venir directo a mí.

—Tranquila, lo harás genial. ¿Vas a ir caminando?

—Sí, queda a unas cuadras de aquí.

—Vamos, te llevo.

—No hace falta.

—Hoy sí traje el auto.

—Bueno —digo con una sonrisa.

—¿Es porque no quieres ir en moto? —dice en un tono ofendido.

—Puede ser.

—No manejo tan mal.

—No manejas mal, solo que fuiste muy rápido a la vuelta.

—Bueno, te prometo que la próxima iré más lento —dice poniendo su mano en su pecho.

Continuamos nuestra conversación mientras nos dirigimos hacia el auto de Aaron.

—Oye, Aaron —le digo mientras subo al auto.

—¿Qué pasa? —dice, volviendo a abrir mi puerta ya que él me la había abierto.

—No me dijiste que eras conocido —le comento, con curiosidad en mi voz.

—Ah, eso. Sí, soy un poco conocido, pero no tanto —responde Aaron, con modestia.

—¿Poco? Tienes como cien mil seguidores al menos en Instagram —le digo, sorprendida por la cantidad.

—¿Me stalkeaste? —dice, sonriendo de manera juguetona.

—Solo un poco, ya se me hace tarde y debemos irnos —le respondo, tratando de cambiar de tema.

Aaron cierra la puerta y se dirige hacia su lado del auto. Salimos del estacionamiento y nos dirigimos hacia nuestro destino.

—Y, ¿qué te pareció? —me pregunta de la nada, como suele hacer.

—¿Qué cosa? —lo miro con curiosidad, sin estar segura de a qué se refiere.

—Mis fotos, ¿están bien o no muy bien? —me explica, con una sonrisa.

—Me gustaron, parecen haber sido tomadas con una buena cámara.

—Y lo fueron, y un poco editadas también —me confiesa, con orgullo en su voz.

La conversación continúa hasta que llegamos a mi nuevo trabajo.

—Gracias por traerme, Aaron —le agradezco.

—No hay de qué, suerte. Avísame si necesitas algo —me responde amablemente.

Al entrar, me doy cuenta de que solo está Milo.

—Hasta que llegas, niña —me dice Milo, con una sonrisa burlona.

—Llegué cinco minutos antes, idiota —le respondo, con una sonrisa desafiante.

—¿Te trajo tu amorcito?

—No es mi "amorcito" — digo haciendo entre comillas.

—Dijiste en el grupo que tienen una cita.

—Sí, pero no somos nada, solo amigos.

—Si tú te la crees... Ahí viene alguien, encárgate tú así trabajas un poco.

—Voy —me acerco a la señora la cual está en la zona de los peces—. Buenas tardes señora, bienvenida. ¿Anda buscando algo en especial?

—¿Tienen comida balanceada para perro?

el amor de una fotografía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora