Capítulo 4: Marco, Axel y....

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La tensión se sentía en el ambiente cuando Marie posó su mirada en Eddie quien parecía incómodo ante la presencia de la dama. Lo que sería ser un día de unión "familiar" terminaría en un desastre si Luke no intervenía pronto.

—Gracias a todos por venir y acompañarnos en un día tan especial para nosotros —inició el discurso Luke llamando la atención con el tintineo en su copa de cristal—. Después de muchos años, hoy por fin puedo decir que encontré a la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida, Cloe.

Una ovación de aplausos por parte de los invitados disiparon la tensión y todos se centraron en el extenso discurso de Luke sobre lo maravillosa que era su prometida y lo feliz que estaba por contraer nupcias con ella. Sin embargo, habían algunas personas que parecían estar prestando más atención a otras cosas que a las palabra del novio.

Las constantes miradas entre Eddie y Harper levantaron sospechas en un Steve que se moría de ganas y celos por preguntarle a su novia que había pasado en los minutos en los que ella lo había dejado hablando solo. Turner no podía ocultar el hecho de que él se había dado cuenta que unos segundos después de que Munson hiciera su aparición en el jardín ella llegó con cara de pocos amigos e irradiando furia, bueno, eso era lo que pensaba Steve.

—¿Podrías dejar de mover tu copa? —pidió en un susurro— y por favor relaja tu cara, pareciera que vas a matar a alguien

—Ganas no me faltan —respondió mirando de reojo y bebiendo por completo el champagne sin hacer una pausa.

—¡Harper! —masculló— con calma, cariño.

Si las miradas mataran seguramente Edward Munson estaría enterrado a miles de kilómetros bajo tierra desde hace mucho tiempo. La mezcla de sentimientos y emociones que estaba experimentando la pelinegra la empezaban a marear. Por un lado se sentía irritada por volver a ver al metalero y no poder abofetearlo como le gustaría. Pese a ello, también una leve luz de esperanza se asomaba poco a poco en el corazón de Harper al notar aquel collar que le indicaba que el castaño pudo haber recordado algo y ella aún no lo sabía. 

Los recuerdos del pasado pronto alcanzaron de nuevo a Harper cuando su mente evocó una vieja conversación.


«La nebulosa Helix o mejor conocida como el ojo de Dios —explicó para que Eddie pudiera entender mejor— será mi proyecto de grado. Sé que faltan algunos años para eso, pero quiero saber más sobre su formación y el porqué me resulta tan preciosa. ¿Crees que sea una buena idea?.» 

«La mejor de todas —besó su frente— si eso te hace feliz, entonces hazlo. ¡Será el mejor proyecto de grado del universo!.»



—¿Tierra llamado a Harp? —la mano de Steve se movía de un lado a otro frente al rostro de la pelinegra quien tenía la mirada en un punto fijo. Más exactamente en el pecho de Eddie.

—¿Qué pasa? —reaccionó parpadeando varias veces.

—Ven, tu tío por fin cerró la boca.

La mirada de Eddie se centró en las manos entrelazadas entre Steve y Harper quienes atravesaban el jardín con cierto afán para entrar a la casa y tener un momento a solas. A su lado, Gareth se percató de cómo su amigo estaba tenso y tenía los puños cerrados y la mandíbula apretada.

—¿Celoso? — inquirió con cierta picardía.

—¿Yo?....—resopló— por favor, ve a molestar a otro con tus preguntas. 

Para Gareth no era necesario que su amigo le confirmará sus sospechas, lo conocía tan bien que sabía lo celoso que estaba por no poder aceptar que le molestaba ver a Turner en brazos de Steve.

Storm | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora