Capítulo 15: La cabaña

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⚠️Recomendación:
Solo dejen volar su imaginación, en esta historia no quiero ser tan explicita porque prefiero que ustedes lo disfruten a su manera.


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La pequeña pero acogedora cabaña de Eddie, era el lugar perfecto para desconectarse del todo y su tranquilo ambiente envolvente daban ganas de no querer salir de ahí.

Cuando el metalero logró un reconocimiento por sus canciones y gran talento, se sintió abrumado y buscó un lugar que le transmitiera esa paz que su mente anhelaba, porque no se podía decir que la fama era lo único que lo estaba atormentando. A diario se lamentaba de su trato con Marie y sufría en silencio a tal punto de querer desaparecer sin dejar rastro, pero recordaba con cariño lo mucho que Harper deseaba verlo en un escenario imponente cumpliendo su sueño, ser el mejor entre los mejores.

Los días de tormenta por los que atravesó Eddie fueron su inspiración para escribir cada una de sus canciones y en las letras encontró otro refugio que lo ayudaba a mantener la mente ocupada.

Desde que el castaño compró la cabaña no había llevado a nadie más que a Wayne, no le interesaba que otras personas pisaran su "lugar sagrado" —tal como lo había nombrado—, ni siquiera Luke tenía conocimiento de la existencia de dicho lugar.

—Bienvenida —dijo abriendo la puerta e invitándola a pasar.

—¿Tuya?

—De los dos —habló con timidez— claro, si tu quieres

Harper observaba a su alrededor y veía a detalle cada cosa, pasó su mirada por el comedor y se percató que solo tenía dos sillas, así como en la sala donde un sillón grande era acompañado por una más pequeño y nada más. Hasta que miró la chimenea y se dio cuenta que sobre ella descansaba una fotografía.

—¿Esa soy yo? —preguntó con una sonrisa de lado a lado— pero... ¿cómo?

—Digamos que Jonathan tiene un gran expediente de la secundaria —rascó su nuca temeroso por la reacción de Harper al enterarse de que esa no era la única foto que tenía de ella— además...

—¿Qué?

—Esa es mi favorita, te ves tan tranquila mirando hacia el bosque

—Lo recuerdo —suspiró—. Empecé a mirar al bosque cuando me di cuenta de lo mucho que te extrañaba y lo mucho que me dolía verte salir con Chrissy.

—Lo único bueno de esa relación fue que me enamoré de ti

Un silencio incomodo se esparció por toda la habitación, Harper intentaba decir algo pero no podía, aún le costaba creer que durante años se aferró a la idea de que el castaño la había olvidado por completo y que tal vez solo estaba soñando, pero Eddie fue más astuto y se dio cuenta de que la mente de Turner giraba en infinitos pensamientos.

—Sé que tenemos mucho de qué hablar —mencionó—, pero está noche quiero que olvides por completo lo que pasó hace años y nos centremos en nosotros

—Eddie, no es fácil saber que viví engañada mucho tiempo y que ahora estoy comprometida con un hombre que en verdad quiero pero que no amo

—No podía permitir que te casaras con él cuando tus ojos me dicen a gritos que sigo teniendo un lugar en tu corazón

—Tienes razón —por más que quiso controlarse no lo logró y sin pensarlo dos veces se aferró al torso de Eddie para llorar como hace mucho no lo hacía—, no me puedo casar con Steve, no te perdonaría si dejas que lo haga

—Tenía en mente llegar a la boda y raptarte frente a todos —confesó divertido—, pero no sé si sea capaz de arrebatarle a un viejo amigo a la mujer que ama

—¿Crees que Steve me perdone?

—Cariño —la abrazó con fuerza— creo que no te perdonaría si te casas sin amarlo, eso es jugar con el futuro de una persona y por más que en este momento odie a Steve por tener la osadía de tocarte y mirarte como lo hace, tampoco quiero que sea infeliz

—Pero lo voy a destrozar —sollozó.

—No, no lo harás —dijo acunando el rostro de Harper y limpiando sus lágrimas—. Solo le vas a devolver su libertad de encontrar alguien que sí lo ame tanto como tu me amas a mi

—Te tienes mucha fe ¿no crees?

—Nena, no necesitas decirme que me amas —guiñó el ojo—. Se te nota a kilómetros, y ya deja de llorar que no es momento para lágrimas

—Es que en verdad te extrañé, como no lo imaginas

Sin decir nada más, el castaño se acercó lentamente para besar a Harper con tanta ternura que en pocos minutos se encontraban abrazados y en el cuarto de Eddie dando pasos torpes hasta llegar a la cama.

Las persianas a medio correr dejaban entrar unos cuantos rayos de luz pero ninguno se preocupó por cuan iluminada estaba la habitación, lo único que les interesaba era llegar a la cama.

El suave tendido recibió con gusto a la pareja que derrochaba amor y su beso fundido parecía no tener fin. Poco a poco la ropa empezó a estorbar y Eddie comenzó a perder el control de sus acciones, quitando cada prenda del cuerpo de la pelinegra hasta dejarla en ropa interior. El juego de desvestirse se volvió intenso cuando Harper tomó la riendas y en un solo movimiento quedó sobre él para empezar un beso intenso y pasional al tiempo que movía sus caderas en un vaivén que tenía al borde de la locura a Munson.

Las manos traviesas del castaño se deshicieron del sujetador y como si se tratara de una tortura empezó a dejar suaves caricias en la espalda y cintura de Harper hasta hacerla entrar en desesperó y pedirle casi en suplica que por favor la tocara como solo él sabia hacerlo.

Los gemidos ahogados eran música para los oídos de Eddie que disfrutaba su toqueteo en círculos por los redondos pechos de Harper.

—Carajo nena —logró decir con algo de cordura—, deja de moverte así 

—¿Por qué? ¿No te gusta? —preguntó divertida.

—Si sigues así voy a llegar rápido y aun no me deshago de esto —indicó las bragas.

—¿Y qué esperas?

—¡Diablos! —alzó las cejas—¡Me encanta esta Harper! 

—Ya deja de hablar y hazlo 

—Sus deseos son mis órdenes.

Lo que alguna vez fue una cabaña tranquila y alejada por completo de la ciudad y el contacto humano, por fin se llenó de alegría, jadeos, chasquidos, gemidos y sobre todo pasión desenfrenada que se había acumulado por un largo tiempo y que de la noche a la mañana estaba siendo liberada con total confianza y sin una pizca de arrepentimiento.

La noche quedó corta para todo lo que dos cuerpos necesitaban liberar, pero el cansancio no se hizo esperar y agotada terminó Harper durmiendo en el pecho de Eddie quien no dejaba de sonreír y en su mente un sin fin de canciones se reproducían, así que no tuvo más opción que dejar en soledad a Turner para ir a escribir lo que parecía ser su próximo álbum.

Un cambio a nivel personal y artístico se aproximaba, uno que lo llevaría al estrellato por completo, pero primero debía ir a la guerra y luchar por recuperar su vida y de paso la de Harper que durante mucho tiempo estuvo presa de manipulaciones por parte de Marie.



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Storm | Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora