El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas de la floristería, pintando destellos dorados en las hojas que caían lentamente al suelo. Hanbin, como siempre, abrió las puertas de su floristería a las 7 de la mañana. Sacó su teléfono y revisó los pedidos del día antes de comenzar a armar los ramos con manos expertas.
Mientras estaba inmerso en su tarea, la campanilla de la entrada sonó, anunciando la llegada de un cliente. Sin levantar la vista, Hanbin continuó armando un ramo.
-¿En qué puedo ayudarte?-preguntó en tono profesional.
La voz del cliente era amable pero desconocida. Hanbin finalmente alzó la mirada para encontrarse con un chico alto de ojos radiantes y una sonrisa que parecía pertenecer a un ángel.
-Quiero un ramo de Áster-dijo el chico.
Hanbin frunció el ceño ligeramente, sorprendido. -¿Un ramo de qué?
-De Áster, ¿tienes?-el chico repitió.
-Sí, claro que sí -respondió Hanbin. -Solo me sorprende que alguien pida un ramo de esta flor en particular. La mayoría de las personas no conoce su nombre real.
El chico asintió. -Es que el Áster es más utilizado para decoración o como relleno en ramos, por eso la gente no suele conocerlo por su nombre.
Hanbin comenzó a cortar y ensamblar las flores mientras continuaban la conversación. El cliente parecía conocer mucho sobre esa flor.
-La flor del Áster, aunque parezca, en realidad no es una sola flor- explicó Hanbin. -Es una colección de flores tubulares muy pequeñas que se agrupan en un disco central, rodeado de pétalos de colores. Esto le da la apariencia de ser una sola flor.
El chico sonrió, revelando una expresión radiante. -Su significado es 'estrella', realmente me recuerda a ti.
Hanbin frunció el ceño, sorprendido por el comentario inesperado. -¿Me conoces?
-No, aún no- respondió el chico.- Pero te he visto trabajar, y lo haces muy bien.
-Gracias por tus palabras - respondió Hanbin modestamente. -Me alegra que mi trabajo te guste.
Hacía tiempo que no conocía a alguien tan animado, y esa conversación lo llevó de vuelta a sus días de secundaria, cuando todo era divertido y alegre.
Hanbin terminó de armar el ramo de Áster y se lo entregó al cliente, junto con el valor correspondiente. -Espero que te guste.
El cliente asintió. -Te quedo muy bonito.
A medida que el chico se alejaba de la tienda, Hanbin sintió una extraña sensación en el pecho. Hacía mucho que no se sentía así por alguien.
Pensó para sí mismo: "Debo estar loco, hace poco terminé una relación importante. No puedo estar sintiendo cosas por todo el mundo, y menos por alguien que acabo de conocer." Pero por alguna razón no se sentía como si lo hubiera acabado de conocer.
Continuó armando los siguientes arreglos de flores en su lista y los entregó a todos sus clientes. Ya era de noche y estaba a punto de cerrar cuando la campanilla sonó nuevamente.
-Disculpa, ¿ya cerraron?-preguntó el chico de la sonrisa angelical mientras entraba.
Hanbin sintió que su corazón se aceleraba ante la presencia del cliente. -Sí, ya iba a cerrar. ¿Puedo ayudarte con algo?
El chico sonrió de nuevo. -Dime tu nombre.
Hanbin rió suavemente. -Mi nombre es Hanbin, señor cliente.
-Ah, no me recuerdes que solo eso soy para ti. -bromeó el chico. -Mi nombre es Matthew, recuerdalo.
Hanbin no pudo evitar sonreír ante su actitud. -¿En qué puedo ayudarte? O ¿solo viniste porque olvidaste preguntar mi nombre y decirme el tuyo?
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ÁSTER (Mattbin)
RomanceTodos pasamos por una trágica historia de amor y lo último que queremos es conocer alguien que nos haga pensar que no nos volveremos a lastimar. Está es la historia de Hanbin, el dueño de la floristería. Ha visto amores por donde quiera, esperando n...