Un joven jugador japonés llamado Son Goku nace con un talento increíble para el fútbol, a tal pudo de ser considerado un prodigio.
Nació con el increíble don de ser ambidiestro junto con la asombrosa capacidad de conciencia espacial donde podía sent...
Dicen que el fútbol es un juego físico, bueno puede que sea cierto pero no sólo es un juego físico sino que también tiene que ver con la mente, un juego mental.
Con el tiempo corriendo durante la segunda mitad, lo unico en lo que puede pensar es en terminar este juego y aplastar al equipo contrario para siempre, De una vez por todas.
Goku: ¡Por aquí pasa el balón! - Grite a todo pulmón -
Podría haber sido una jugada equivocada, pero eso no me importa de todos modos.
La pelota pasó zumbando por la cabeza del oponente cuando hice el primer toque con mi pecho atrapando exitosamente la pelota mientras continuabas driblando entrando y saliendo, ninguna oposición iba a impedirme anotar.
Mientras pasaba al oponente y avanzaba hacia las 50 yardas del campo de fútbol.
Goku: ( Debería anotar? ).
Penso para si mismo, sería mejor que no hubiera nadie a mi alrededor.
Levanto la pierna listo para el fuerte impacto en el que dejarías la pelota, pero entonces algo sucedió.
OFF.
Goku: ¿Qué demonios acaba de pasar?.
Solto, mientras caía rodando por el suelo sintiéndote como Neymar en los viejos tiempos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Levante la vista al mismo tiempo que senti algo extraño en mi camisa, Ah, eso es, alguien tiró de mi camisa entonces, qué juego sucio me reís para mi mismo, supongo que es una forma de detenerte.
Saliendo del trance cuando vi una mano frente a mi, era Itoshi Sae.
Me reí de él, tomando su mano y me levante.
Lo mire una vez más y no dijo nada.
Mientras miraba en otra dirección.
Sae: Qué tibio.
El árbitro se le acercó sacándole una tarjeta amarilla.
Él simplemente asintió y volvió a su posición.
Árbitro: Número 9, prepárate para tu tiro libre a 50 metros hasta portería - dijo mientras se acercaba con el balón colocado entre mis pies y trazaba una línea hacia donde patearías el balón.
Muy bien, entonces, mientras colocaba mis manos en las caderas listo para golpear la pelota con precisión y marcar un dulce gol.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
