Mírame ┃ JENLISA

19: Suerte ciega y estúpida

Jennie abucheaba ruidosamente con el resto del público. Una falta muy obvia fue completamente ignorada por los árbitros y una de las compañeras de Lisa estaba en el suelo dolorida. El partido había sido brutal, sobre todo en la segunda parte, cuando sólo quedaban diez minutos. Columbia ganaba por un gol y era obvio que sus oponentes se estaban desesperando. Empezaba a parecer un baño de sangre y Jennie se molestaba por momentos.

También podía ver lo frustrada que estaba Lisa. Le apasionaba el juego y, como capitana, protegía mucho a sus compañeras. Y ahora mismo estaba discutiendo con el árbitro, que le estaba dando una advertencia para que se retirara. Lo hizo, pero Jennie se dio cuenta de que estaba enfadada.

Jennie deseaba que Seulgi o Jisoo estuvieran aquí. Era mucho más fácil ver los partidos de Lisa con alguien que pasara por todo el estrés con ella. Pero por hoy, ella era la única animadora de Lisa. Incluso llevaba una de las viejas camisetas de Lisa con su número. Le quedaba un poco ajustada, pero no creía que a Lisa le importara, ya que hacía que sus tetas lucieran espectaculares.

Finalmente, la jugadora lesionada se levantó y el partido continuó entre los aplausos del público. Pero el otro equipo seguía negándose a ceder con su agresiva forma de defender. Jennie vio como Columbia se hacía con la posesión del balón. La centrocampista se lo envió a Lisa, que se giró y tenía vía libre hacia la portería. De repente, una defensora salió de la nada y la derribó, pero no alcanzó el balón y golpeó el pie de Lisa. Lisa cayó de bruces sobre su costado derecho. El público jadeó y Jennie se levantó, esperando a ver si Lisa se movía. Sonó un silbato y el árbitro sacó una tarjeta roja contra la defensora. Todo el mundo en las gradas vitoreó menos Jennie. Su corazón latía con fuerza mientras no apartaba los ojos de Lisa. Vio cómo su novia rodaba sobre su espalda, haciendo una mueca de dolor y agarrándose el brazo y luego las costillas.

Jennie corrió al instante por las gradas hacia la banda. Quería correr hacia su novia, pero sabía que eso habría sido demasiado dramático y probablemente habría avergonzado mucho a Lisa. Sólo quería asegurarse de que estaba bien. Vio cómo el entrenador y el médico del equipo corrían en ayuda de Lisa. Todo estaba en silencio. Lo único que oía eran los gemidos de dolor de Lisa y luego su voz autoritaria diciéndole a su entrenador que estaba bien. Lisa les hizo un gesto y trató de levantarse, pero le costó trabajo. Tuvieron que ayudarla a salir cojeando del campo. A falta de cinco minutos para el final del partido, el entrenador tuvo que meter a otra persona mientras Lisa era acompañada a los vestuarios. Jennie sabía que su novia se iba a enfadar y que iba a querer seguir jugando.

La siguió a una distancia prudencial mientras se dirigían a los vestuarios, escuchando las protestas de Lisa.

"Estoy bien. Sólo quedan unos minutos. Déjame al menos hacer el tiro".

"Cálmate, Manoban. Estás herida. Tenemos que asegurarnos de que estás bien".

Lisa luchó valientemente, pero al final se dobló de dolor. Jennie sintió un vuelco en el corazón al verla desaparecer en los vestuarios. Todo lo que podía hacer ahora era esperar.

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Jennie caminaba de un lado a otro. Habían pasado casi cuarenta y cinco minutos desde que Lisa fue escoltada fuera del campo. En ese tiempo, oyó los vítores de las gradas que le decían que habían ganado el partido. Vio cómo cada una de las compañeras de equipo de Lisa se apresuraba a ir a los vestuarios para comprobar el estado de su capitana, y cómo bastantes de ellas le hacían a Jennie un gesto de simpatía con la cabeza o le daban una palmada de ánimo en el hombro para decirle que Lisa se pondría bien.

Nadie había salido aún, lo que hizo temer lo peor a Jennie. Estuvo a punto de irrumpir allí para ver qué pasaba. No era como si estuviera infringiendo la ley, ni nada por el estilo. Intentó ser respetuosa, pero estaba muy preocupada por su novia.