Akane
"Tengo malas noticias Akane" – dice Ranma asomándose por la ventana del vehículo
"¡Oh no! ¿qué sucedió?" – pregunto intentando abrir la puerta del carro para bajarme
"No, no te bajes" – me impide abrir la puerta – "Se nos estalló un neumático" – me explica
"¿Llamamos a alguien?" – Ninguno de los dos sabe nada de autos, a duras penas conseguimos sacarnos la licencia
"Claro que no" – Se pone de pie y saca pecho – "¿Por quién me tomas? Si fui capaz de derrotar a un semi-Dios, ¿cómo no voy a poder cambiar una simple llanta?"
"¿Necesitas que te ayude?"
"No, quédate ahí" – contesta serio, y se va a la cajuela del carro para sacar las herramientas y la llanta de repuesto.
Después de un par de minutos, Ranma se saca la camisa para trabajar mejor y confieso que no hay nada que estimule más mi imaginación que la visión de los definidos músculos de mi esposo.
Como sé que esto va a tardar un poco, saco mi laptop que siempre tengo a la mano y comienzo a escribir...
.
.
"Voy a matarlo" – gruñe Ranma levantándose de su asiento y apretando sus puños con fuerza
"Ranma. No" – lo tomo del brazo
"Es que no puedo quedarme así, sin decirle a ese cretino lo que se merece" – dice enojado
"No le tomes importancia" – intento jalarlo para que se siente – "las meseras siempre coquetean contigo y yo nunca digo nada"
"¿Ah no?" – se cruza de brazos y levanta la ceja – "¿Qué hay de aquella chica del puesto de perros calientes de la playa?"
"Ella se lo buscó, ¿cómo se atreve a enseñarte los senos de esa forma?" – me defiendo
"Espera aquí" – me da un intenso beso que me deja totalmente sin aliento
Ranma camina decidido hasta el mesero que está limpiando unas mesas al fondo del restaurante, nerviosa miro alrededor y agradezco que el restaurante esté prácticamente vacío. Ranma le dice un par de cosas al mesero que con cada palabra se va poniendo más y más pálido.
Ranma saca su tarjeta de crédito y se la da al tembloroso hombre que corre a la caja y rápidamente hace la transacción, no pasan ni dos minutos cuando le devuelve a Ranma la tarjeta y sale corriendo despavorido por la puerta que da a la cocina, donde lo veo asomarse con miedo por la pequeña ventana.
Ranma regresa a la mesa y me lanza una mirada tan intensa que siento como mi ropa interior se humedece instantáneamente, él toma mi mano, besa mis nudillos y me ayuda a levantarme de la silla.
"¿Qué le dijiste a ese pobre chico?" – le pregunto cuando salimos del restaurante
"Le dije que la próxima vez mantenga sus ojos en tu rostro y no en tus senos, que si vuelvo a pescarlo mirando de esa forma tu escote, voy a darle una paliza tan grande que no podrá volver a mirar a nadie más en mucho tiempo"
"No, Ranma..." – exclamo mirando hacia el restaurante preocupada
"Claro que lo hice, estaba mirando algo que solo me pertenece a mí, sin mencionar que su acción es una falta de respeto para ti"
Llegamos hasta nuestro automóvil y me abre la puerta galante, rodea el carro y se monta todavía molesto por lo sucedido, sin decir una palabra más, arranca en dirección hacia nuestra casa.

ESTÁS LEYENDO
30 días
FanfictionAkane ha estado escribiendo novelas de romance a escondidas de su esposo, pero lo que comenzó como un divertido pasatiempo se ha convertido en algo más serio e importante. Cuando la editorial le pide que participe en un evento especial y escriba una...