Estudios

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Si había algo que Dazai detestaba con toda su alma, era que lo obligaran a estudiar, por que no tenía buenos recuerdos de sus momentos de estudio, sus padres y Mori se habían encargado de eso en su primera vida, así que era mas que obvio que ponerlo a estudiar no iba a ser bien recibido, a menos que el mismo lo quiera.

Había pasado casi un año desde que está en este universo, atrapado en el pasado, después de que se comprobara que de hecho era el hijo del jefe de la Mafia, el hombre lo había puesto a estudiar como si no hubiese un mañana, no hay que ser un genio para darse cuenta de que Dazai no era feliz con nada de esto, conteniendo un suspiro el menor miro con desgana su libro de idiomas, si hay que ser mas específico, de portugués.

Dazai ya tenía las bases del idioma gracias a su pasado, pero su actual padre y la persona que le está enseñando el idioma no saben eso, aunque todos piensan que Dazai es un prodigio en los idiomas, aunque si lo es y es probablemente una de las pocas cosas en las que supera con creces a la rata rusa que tuvo la desgracia de conocer, todos ya lo han visto saber el ruso, italiano, francés, inglés y alemán, además de su idioma nativo claro.

"Jovencito, ¿estás prestando atención?", el tono de la mujer era estricto, pero con un toque de amabilidad que le darías a cualquier niño pequeño.

"No", fue su primer pensamiento, en cambio, coloco una falsa sonrisa en su rostro y miro a su profesora de idiomas a los ojos "La clase que me está impartiendo ya me la sé, ¿podemos ir por algo mas avanzado?", la mujer como era de esperar parpadeo sorprendida.

"Había oído que eras un genio en esto", ella sonrió "Veo que no eran solo rumores de otros maestros" con un suspiro la mujer asintió con una suave sonrisa en los labios "Muy bien, te haré un pequeño examen y veremos donde estás ubicado, ¿Te parece bien?"

Dazai asintió, fingiendo estar mas animado y feliz, mas parecido a lo que haría un niño de su edad, si tan solo Dazai tuviera esa edad, en el fondo de su mente esperaba que terminaran las clases básicas, como las matemáticas, los idiomas, la historia y la literatura, es decir, el castaño sabe que incluso si es un genio, sigue viéndose como un niño pequeño para los demás, pero ver cosas que ya sabe lo molesta, al menos está aprendiendo idiomas nuevos supone, aunque de mala gana.

Después del pequeño examen improvisado, para ver donde estaba ubicado en los idiomas de portugués y español, la mujer sonrió, prometiendo que en la próxima clase traería temas mas acordes a lo que Dazai sabe y le falta aprender.

En el lado positivo, piensa el castaño, incluso si es un niño, lo tratan con mas respeto que al niño promedio, todos aceptando que es mas maduro que su edad real.

Sin nada mas que hacer, su profesora de idiomas aprovecho el tiempo que les quedaba para ponerse a conversar sobre sus hijos o como ella los describió 'dos bolas de energía demasiado revoltosas'.

Dazai no entendía a las personas que querían ser padres o tener niños.

-"Gin sentada en la enfermería, sus manos lastimadas por el entrenamiento, las manos de Dazai curando dichas heridas, colocando lo mas suave posible vendas sobre ellas"-

Sacudiendo la cabeza, Dazai quita ese recuerdo de su mente, eso está en el pasado, no puede permitirse pensar en ello hoy en día, mira a su profesora como si estuviera interesado en su historia de vida, con sus hijos, por lo que entendió, con edades parecidas a la de Dazai, el castaño lo duda, pero no va a corregir eso.

Cuando las horas de clases terminan, Dazai no celebra, porque su siguiente clase es con su profesor de literatura, un hombre de unos cuarenta años, que el joven está seguro que es uno de los miembros de la Mafia, aunque a Dazai en general no le importa en lo mas mínimo, ni siquiera se ha aprendido su nombre.

Quería morir, el universo dijo no. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora