Fue una tarde perezosa en el acogedor apartamento compartido por Quackity y Cellbit. La habitación estaba llena de calidez mientras la luz del sol bailaba a través de las cortinas, arrojando un suave brillo a los dos amantes que se sentaban en el sofá, profundamente en la conversación. El tema de la discusión había cambiado a su relación, y a Quackity, siempre el juguetón, se le ocurrió un juego.
"Oye, Cellbo", dijo Quackity, travesuras que brillaban en sus ojos. "Tengo una idea. ¡Vamos a jugar juntos!"
Cellbit levantó una ceja, despertó la curiosidad. "Un juego, ¿eh? ¿Cuál es el giro?" Preguntó, con los labios enroscados en una sonrisa intrigada.
Quackity sonrió traviesamente. "Bueno, mi querido Cellbo, el juego es sencillo. Mencionaré algunos de mis defectos, y tienes dos opciones para responder: "quieres ser tuyo" o "monstruo".
La sonrisa de Cellbit se ensanchó mientras se preparaba para el desafío. Sabía que Quackity tenía una manera de convertir incluso los juegos más simples en algo significativo. "Muy bien, Quackity. Estoy listo para jugar".
Quackity respiró hondo, reuniendo sus pensamientos. Sabía que sus defectos estaban lejos de ser intrascendentes, pero confiaba en que Cellbit lo entendería y lo aceptaría por lo que era. "Vale, aquí está el primero", comenzó. "A veces puedo ser bastante terco, negándome a dejar ir mi orgullo. ¿Wanna be yours o monstruo?"
Los ojos de Cellbit están llenos de Quackity, llenos de amor inquebrantable. Sin perder el ritmo, respondió: "Wanna be yours". Había visto el lado terco de Quackity antes, pero también había sido testigo de lo ferozmente que se combinaba con una lealtad inquebrantable.
El corazón de Quackity remosó ante la respuesta de Cellbit. Había algo en la forma en que Cellbit lo miraba, lleno de aceptación y comprensión, que lo hacía sentir seguro. Estaba listo para continuar, probando la profundidad de su conexión.
A medida que avanzaban en el juego, Quackity reveló sus vulnerabilidades y defectos, exponiendo las partes crudas de sí mismo. Confesó sus ocasionales episodios de inseguridad, su miedo al fracaso y su tendencia a estar demasiado envuelto en sus propios pensamientos. Después de cada admisión, la respuesta de Cellbit nunca vaciló, siempre fue un decidido "wanna be yours".
A lo largo del juego, se formó un lenguaje tácito entre ellos. Era un lenguaje basado en la confianza, la comprensión y la aceptación amorosa. El apoyo inquebrantable de Cellbit le dio a Quackity la fuerza para abordar sus defectos y buscar el crecimiento.
Finalmente, a medida que el juego se acercaba a su fin, Quackity confesó un último defecto: su tendencia a pensar demasiado, analizando incluso los detalles más pequeños hasta el punto del agotamiento. Se preparó para la respuesta de Cellbit, inseguro de cómo reaccionaría.
Una tierna sonrisa tiró de los labios de Cellbit mientras hablaba con toda la sinceridad de su corazón. "Quiero ser tuyo, por siempre y para siempre". Su voz llevaba una promesa, asegurando a Quackity que su amor no tenía lugar para la vacilación o la duda.
Los ojos de Quackity brillaban con lágrimas sin derramar, abrumados por la profundidad del amor de Cellbit. En ese momento, sabía que su conexión iba más allá del nivel de la superficie.