Stay here || Minwon/Meanie

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Al día siguiente, Wonwoo despertó, al principio asustado pensando que había sido un sueño que Mingyu había regresado, pero se relajó al darse cuenta de que no estaba en su habitación, cuando sintió la calidez del cuerpo ajeno respiró tranquilo.

Seguía en el apartamento de Mingyu, miró la ropa medio regada en el suelo y suspiró, alcanzó el teléfono del moreno en la mesita de noche, eran apenas las seis de la mañana, se habían dormido bastante tarde, hablando, besándose y haciendo cosas más interesantes que eso, querían recuperar todo el tiempo perdido.

El más alto lo abrazó por la cintura sin intenciones de dejarlo ir, Wonwoo lo movió un poco.

—Min, –llamó– creo que ya debería irme.

—¿Por qué querrías irte? –preguntó adormilado.

—Porque ya casi amanece y debo ir a casa a terminar un proyecto y porque quizás tú tengas cosas pendientes.

—El único pendiente que tengo eres tú y estás a mi lado justo ahora, el trabajo puede esperar. –dijo finalmente mirándolo, con ojos de cachorro y aún así se negó a soltarlo.

—Ah, Mingyu, –se quejó– sabes que si me miras con esa cara no me puedo negar.

—Esa es la idea, bebé. –lo besó y Wonwoo no se negó.— ¿Puedo preguntar algo?

—Ya lo estás haciendo.

—Algo más. —Wonwoo asintió— Ese personaje en tu libro, Seungmin...

—¿Leíste mi libro?

—Por supuesto que lo hice, me ofende que creas que no lo haría.

—Pero no te gusta leer.

—Eso no es verdad, leeré cada cosa que tú escribas.

—Eres tan cursi en serio... —pero si debía ser honesto, no le molestaba— ¿y qué preguntabas sobre el personaje?

—Si Seungmin soy yo... porque era como si me describieras... alto, moreno... y le gustaba cocinar.

—No sé qué te dió esa impresión, es una casualidad.

—Dímelo. –pero Wonwoo guardó silencio.

Mingyu decidió tomar medidas drásticas y mordió el rosado pezón del mayor a lo que él gimió chillonamente.

—Dímelo.

—¿Qué eres? ¿Un perro?

—Como si no te gustara.

—¿Qué sabes de lo que me gusta? Solo eres un cachorro grande. —Mingyu lo miró con una mirada tan perversa y penetrante que Wonwoo no hizo más que sonrojarse. —Claro que estaba hablando de ti... cada vez que escribía algo pensaba en ti así que algunas cosas probablemente sean demasiado obvias y otras tendrás que descubrirlas tú, hay un mensaje para ti en cada libro.

—Es lo más especial que podrías haber hecho por mí.

—No. –desvió la mirada, Mingyu lo tomó delicadamente por la mandíbula.

—Amor, di te amo, por favor di te amo.

—Lo dije muchas veces ayer... –sonrió– Te amo, Mingyu.

—Me gusta escucharlo, te amo también, Wonwoo, te extrañé mucho. –no paraba de dejar besos por todo su rostro y cuello. –Te amo, te amo, quiero llenarte de amor, de tanto amor como sea posible.

—Pero se delicado, ayer me llenaste de demasiado amor y mi cuerpo se siente sensible aún. –Ocultó su cara entre las almohadas, a Mingyu le causó ternura ese gesto.

—Está bien, tendré mucho cuidado contigo, pequeño gatito sensible.

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