Era pasada la hora de la merienda cuando Taehyung regresó a la mansión en donde, fue recibido por el mayordomo quien le dio una reverencia. Taehyung pasó simplemente de largo; incómodo, aun no se había acostumbrado que un hombre mayor le tratara de esa manera.
Se dirigió directamente a la habitación, en dónde se encontró con Yoongi quien aún se encontraba parado en la puerta.
Taehyung se quedó un poco consternado, sin saber que decir. Se había ido desde la mañana, en la que solo se había dedicado a caminar y despejar su mente, gracias a eso, regresó a la hora de la merienda.
Eso había sido hace más de seis horas y este tipo seguía exactamente en la misma posición en la que no se había movido siquiera.
¿De verdad era posible?
"...Yoongi, tráeme algunos bocadillos" dijo lo primero que se le vino a la mente.
Sin decir palabra, Yoongi dio una reverencia y se retiró. Taehyung lo vio irse, hasta que su figura desapareció por una esquina del corredor. Sintiéndose inexplicablemente cansado, soltó un suspiro y entró a la habitación. Se dirigió hacia la pila de papeles que tenía en la mesa junto al periódico que había dejado esa mañana y se frustró por eso, pero tenía que hacer el trabajo que había estado posponiendo.
Se sentó perezosamente en el sillón y comenzó a trabajar, aunque rápidamente se arrepintió. Taehyung sabía la clase de vida que había estado teniendo Kim Taehyung antes de poseer su cuerpo. Y pensó que al ser el heredero del ducado tomaría la responsabilidad, al menos en la ausencia de su padre, pero al parecer era pedir demasiado; pues, según lo que estaba viendo. Kim Taehyung nunca se hizo cargo de ellas.
"Maldito bastardo" murmuró mientras rechinaba sus dientes. Ahora entendía las miradas de sorpresa que le dedicaron los sirvientes cuando pidió los documentos.
Se compadeció entonces del pobre Señor Kim.
Tomando una pluma, Taehyung comenzó a trabajar, anotando algunas palabras mientras pasaba las hojas una tras otra en las que leía atentamente su contenido. Afortunadamente no le fue difícil entender, pues no era diferente a lo que hacía en la empresa.
Se sorprendió por la cantidad de trabajo que tenía, pues no solo se estaba encargando de la administración del Ducado, sino de muchas otras cosas, que de tan solo leerlas quería arrojar todo por la ventana.
Así estuvo las próximas dos horas, en las que revisaba un documento tras otro sin parar; y, aun así, las pilas de papeles no se acababan. Incluso Taehyung podía jurar que no veía un cambio en el montón de papeles a pesar de trabajar tanto.
Ni siquiera en su puesto de trabajo que tenía en la empresa en que trabaja había visto tantos papeles, quizás era porque solo era un empleado.
"Ah, de verdad" susurró un tanto frustrado, pero, estaba dispuesto a terminar, al menos la mayor parte. No obstante, su concentración fue interrumpida por el toque de la puerta, haciendo que Taehyung frunciera el entrecejo molesto. "Adelante"
Ante el permiso, la persona abrió la puerta y entró a la habitación con un carrito en donde traía varios bocadillos.
"Joven maestro, los bocadillos están listos"
Ah claro, le había pedido a Yoongi unos bocadillos solo para que fuera a hacer algo, sin embargo, no fue Yoongi quien le había traído los bocadillos, si no fue el joven sirviente que le había llevado la comida una vez.
¿Cómo era que se llamaba?
¿Wookook?
¿Shonkuk?
La verdad no lo recordaba.
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No quiero ser el villano
FantasíaCuando abrió los ojos, estaba dentro de la novela favorita de su hermana menor.