離さないでください | stary

18

Stan sintió la voz de Kyle más audible a medida que avanzaba, el cual estaba de espaldas a él

—Gracias, es muy amable de tu parte, no podía dejar que-— el pecoso dejo de hablar al ver que Gary desvío su vista, mirando por detrás suya

El pelirrojo giró su cabeza un poco, visualizando a Stan a unos pocos metros de él

—Ah, hola— Volvió su vista a Gary —Bueno, gracias una vez más por escucharme. Fuiste muy amable. Ya me voy, me esperan en otro salón.—

—Gracias a ti Kyle, agradezco mucho haber charlado contigo, fue algo muy lindo de tu parte venir a decirme todo esto— Le sonrío cálidamente, demostrando gratitud por su parte

Kyle simplemente asintió a esto, dándoles una ultimada mirada, antes de marcharse.

Cuando ya estaba a unos cuantos metros de ellos, Stan se acercó más a Gary, algo nervioso

—¿Todo bien?—

—¿Uh?— Gary lo miró

—Que si todo bien— Se desesperó

—Ah ¡Claro! Él sólo quiso disculparse— Despegó su vista del pelinegro para ver por un segundo la silueta del tercero, siendo ésta cada vez más lejana.

—¿Ah, si? ¿Y qué te dijo?— Toco levemente los dedos de Gary, tratando de tomarlo de la mano

El otro alejo con algo de inseguridad su toque

Stan hizo una expresión confusa —¿Qué pasa?—

—Nada... aquí podrían... vernos— Mencionó, algo incómodo por su accionar.

Stan escondió finalmente sus manos en sus bolsillos, suspirando —¿Estás enojado conmigo? ¿Otra vez?—

El rubio solo negó con su cabeza, incómodamente

—¿Y entonces ahora que pasa?—

—... No lo sé, Kyle fue muy amable... Es sólo que...— desvió la vista con las mejillas algo rosadas —No sé por qué me sigo sintiendo raro cuando lo veo... Es como si...—

Hubo un silencio, como si Harrison intentara encontrar las palabras adecuadas para la situación

Stan, el cuál no era una persona la cual demostrara tener una paciencia milenaria, no espero mucho para volver a hablar, asumiendo una de las posibles causas por las que el rubio estaba molesto.

—¿Cómo si te cayera mal?— Trato de hacer contacto visual con él, simpatizando con sus sentimientos

—¿Eh? A mi... No me cae mal nadie, creo que todos-— Apretó sus labios, finalmente sonriendo —No es nada, de verdad...
Me alegro que volvieran a ser amigos— Gary tomo las manos del pelinegro por unos segundos al ver que no había nadie en ese pasillo, demostrando calma en su sonrisa, tranquilizando un poco al chico

Esto tomó por sorpresa al pelinegro, el cual sintió su piel erizarse ante el contacto que había proporcionado por voluntad propia el rubio. Sonrío de lado, sin poder ocultar un entusiasmo en sus ojos —Gary, si necesitas decirme algo, tienes que decírmelo ¿Bien?—

El otro solo asintió, dando una sonrisa dulce por su preocupación, pero también por el tacto de sus dedos, no logrando ocultar el gusto de sentirlo cerca, al menos por unos segundos

—... ¿Vamos a la cafetería? antes que termine el receso— Gary cortó el incomodo y a la vez lindo silencio que habían hecho.

—Si, solo déjame buscar mi billetera— Le pidió un momento.