離さないでください | stary

24

—Cuando me dijiste que íbamos a comer, no tenía esto en mente...— Gary observaba cómo Stan daba vuelta una bolsa de supermercado, haciendo caer un montón de dulces y snacks en la manta en la que estaban sentados, él sólo sonreía

—Come lo que quieras— Siguió sonriendo emocionado

Gary lo miro y le correspondió la sonrisa con cariño, Stan se veía contento

—Oh, estos me gustan— Rebusco un poco, tomando unos chocolates específicos

Miró a su alrededor, estaban en el parque del pueblo, en una zona alejada donde había un estanque. No había realmente nadie así que podían estar tranquilos

Era de tarde, el sol brillaba con intensidad, e iba a seguir haciéndolo al menos por unas horas más

—Me gusta este lugar, es lindo ¿No?— Miro el estanque, para luego mirar nuevamente a su novio —Antes habían cisnes... No sé qué habrá pasado con ellos— Bajo la mirada para abrir un paquete de snacks

—Recuerdo este lugar, una vez vinimos de excursión en primaria ¿No es así?—

—Wow, me había olvidado de eso— Se sorprendió un poco —No te sentaste conmigo, de otra forma, lo recordaría—

El rubio negó con la cabeza —Me senté sólo—

Stan apreto sus labios —¿Por qué?—

—Sabes que no tenía muchos amigos Stanley...— Gary le dedicó una sonrisa de costado —Creo que era de esos días que decidiste ignorarme por completo— Se alzó de hombros algo apenado

—Ya, ya no lo digas— Se tapo la cara con sus manos, suspirando pesadamente —Quiero golpearme a mí mismo. Era un idiota.—

—Oh, lo siento, no quise hacerte sentir mal...— Quito las manos del contrario de su rostro, tomándolas en las suyas y sonriendo —Dicen que los niños te tratan mal cuando les gustas ¿No?—

Stan sonrío, bajando y negando con la cabeza, apretando gentilmente el agarre del otro —Enserio me gustabas, y creo que eso me molestaba mucho— Levanto su vista —Porque sentía que yo no te gustaba... Y tampoco me gustaba la idea de que me gustaran los chicos, sabes.—

—Lo entiendo— Asintió —Siento que en ese momento no pensaba en que alguien me gustara ¿Sabes?— Pensó un poco —Estaba demasiado ocupado tratando de agradarles a los demás, de agradarte a ti... Que creo que nunca me dio tiempo de pensar en eso—

—¿Hubo alguien que te haya gustado antes de mí?—

—Mm...— Desvió la mirada algo apenado —Solo dos personas—

—¿Quienes?— Preguntó casi al instante que el otro terminó la frase, acercando su rostro al del otro

—No creo que importe— Dejo el agarre para tomar otro chocolate y abrirlo, tratando de olvidar el tema

—Dime, dime— Insistió —Por favor— Alargo la última palabra, persistiendo

El otro lo miro algo abatido, suspirando —Bueno... Había un chico en mi clase cuando vivía en Denver, se llamaba Adam—