1. Algo te vigila.

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Los pasos de dos personas caminando por uno de los pasillos casi completamente vacíos comenzaron a escucharse haciendo eco por todo el lugar.

El silencio no era incómodo, pero sí un poco pesado, hasta que una de esas personas decidió eliminarlo.

—Evelyn —suspiró—. ¿Dónde rayos estabas cuándo se repartió el don de tener la boca cerrada?

Me preguntó Kian, fingiendo estar enojado, mientras saliámos de la oficina del director.

—Estaba en la fila donde repartían al don de saber defenderse.

—Sí, me di cuenta. Es tu segunda pelea este mes. Si sigues así van a terminar expulsándote más temprano que tarde ¿estás consciente de ello verdad?

—Sí, pero en todas las peleas he ganado yo, y he salido de ellas sin un solo rasguño —dije orgullosa de mí misma y él me miró con desaprobación—. Además no fue mi culpa que me buscaran pelea.

—Noo, para nada fue tu culpa— dijo con el sarcasmo en su voz notándose a kilómetros de distancia—. Esa chica preguntó que si la consideraban una prostituta.

—Anjá, y yo le di mi humilde opinión —dije, poniendo mi mejor cara de ángel.

—¿Humilde opinión? Le dijiste: "No, tú no eres una prostituta. Ellas se venden por dinero, pero tú haces el trabajo gratis." ¡Y nisiquiera conoces a la chica!

Salimos de la escuela.

—En primer lugar: yo no hablo así.

—Sí lo haces.

Lo miré con mala cara.

—En segundo lugar: sí la conozco —me miró con su mejor cara de: "¿Enserio?"—. Bueno, no la conozco tanto —corregí— pero sí lo suficiente.

—Sí, claro.

—Y en tercer lugar: no siempre vamos a escuchar lo que queremos que nos digan. Ella quería que sus amigas le dijeran que es un ángel ya que su novio estaba cerca. Yo no soy su amiga y su novio parecía ser un buen chico, no iba a permitirle que jugase con él.

—Lo sé, conozco tu buen corazón, pero si la conoces taaan bien, según tú, ¿cómo es que se te pasaron por alto las influencias de la chica?

Abrí la boca y luego la cerré. No tengo nada para contraatacar lo que ha dicho.

—Sí, vale. Tienes razón. No debí meterme con ella.

Digamos... Que sin querer he hecho que la hija de uno de los empresarios más reconocidos del país rompa con su novio y quizás, solo quizás, ella está está un poquito enfadada conmigo. Lo suficiente como para ordenarle a uno de sus "súbditos" que me golpeara.

Mi madre siempre me ha dicho que si alguien intenta buscarme pelea lo mejor que puedo hacer es dialogar con esa persona y hallar una forma de resolver el problema sin recurrir a la violencia. Lástima que yo no soy como mi madre...

Por eso me llevaron a la oficina del director, llamaron a mi madre y como ella nuncá llegó me tuvieron castigada hasta que Kian fue a sacarme de ahí después de enviarle un mensaje contándole todo.

Y así es cómo llegamos a este momento.

Han pasado dos semanas desde que visitamos la mansión de la colina y desde que rob... tomé prestado por tiempo ilimitado, aquel libro. Hize una pequeña mueca al recordar algo.

—¿A qué viene esa mueca?

—Es solo que... No he podido abrir el libro.

No puedo creer que me haya arriesgado para que al final tomara un libro defectuoso. Desde que entré a mi casa esa noche intenté por todos los medios abrirlo. Pero fue imposible, parece estar pegado o algo por el estilo.

Engaños mortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora