03.- Acoso

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— Rarita de mierda.

Escuchó murmurar a sus espaldas, pero no fue nada nuevo para ella, así que siguió andando a casa.

— Hey, ¿no escuchaste?

Cerró los ojos y bajó la cabeza, no pensaba darse la vuelta ni mucho menos dejar de caminar.

— Detente o voy a hacer que te comas el puto cemento, idiota.

Apretó las correas de su mochila azul y apresuró su caminata, no quería ver, no quería escuchar más.

Escuchó como chasqueaban la lengua a sus espaldas y lo siguiente que sintió fue unos pasos acercándose con rapidez a ella y un pie patéandole con mucha fuerza la espalda, provocando así que caiga bruscamente contra el pavimento.

— ¿Te dije que te detuvieras o no?

— Richard, por favor... — Suplicó.

— "Por favor" ¿qué? — Presionó la suela de su zapato contra la delgada espalda de la morena, implicándole dolor.

Escuchó una risa femenina y supo inmediatamente de quién se trataba, así que se cubrió la cabeza con ambas manos, aún boca abajo en el suelo.

— Déjenme sola... — Su voz sonó amortiguada.

De repente unos tacones comenzaron a sonar alrededor de su cabeza, la chica tarareaba una melodía y se detuvo justo frente a la cabeza de la morena.

— Si quieres que te dejemos en paz, — Alzó una de sus piernas. — ruéganos. — Dio un fuerte pisotón en las manos de Anne, las cuales cubrían su cabeza.

Anne gritó de dolor, pero no podía mover sus manos de ese lugar, sabía que Maggie era capaz de todo.

— Vamos, ruega, Boonchuy. — Alentó el muchacho mientras recargaba todo su peso en la espalda de la morena.

— ¡Por favor, por favor, paren! — Gritó con dolor sintiendo cómo Richard la dejaba sin aire y Maggie le destrozaba ambas manos.

Richard dio el último y más fuerte pisotón en uno de los omóplatos de Anne y ella gritó de dolor, con las lágrimas tapándole la garganta, imposibilitando que respirara de manera regular.

— No pares, ¡ruega! — Le gritó Maggie, rabiosa. — ¡Ruega, maldita sea!

Maggie levantó el pie y pisó una de las muñecas de Anne con muchísimo impulso, rompiéndola así en el acto.

Anne no podía gritar más, su garganta estaba tapada, intentaba recobrar la respiración pero le era imposible, se estaba ahogando con sus lágrimas, se estaba muriendo del dolor. Abrió la boca intentando respirar por la misma, pero su misma saliva le negaba esto.

Se hizo un ovillo en el pavimento, su cuerpo sufría varios espasmos.

— Puta. — Dijo Richard para después hacer un ruido con la garganta y escupirle con asco en la cara.

Maggie tiró de su hombro y ambos se marcharon de ahí entre murmullos y risas maliciosas.

Anne se quedó tirada en el mismo sitio, sin fuerzas y sin posibilidad de levantarse por su cuenta.

Uno, tres, cinco, diez minutos pasaron y sintió la primera gota impactar contra su delgado cuerpo. Pensó en quedarse ahí y esperar a que alguien le ayudase, pero sería inútil, con la lluvia nadie saldría.

Se levantó como pudo y arrastró los pies hasta llegar a su casa y cruzar la cerca para tirarse en el jardín sin poder hacer ni un mínimo esfuerzo más.

— ¿Anne? ¡Anne! — Su madre, preocupada, salió de la casa hasta el jardín y levantó el pequeño cuerpo de su hija como pudo.

Anne se había desmayado de dolor.

Virgen | Marcanne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora