04.- Karma

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Anne no volvió a la escuela el día después de eso.

Ni el siguiente, ni el siguiente, ni el siguiente.

Se quedó en casa reposando después de la barbaridad que habían cometido aquellas dos personas.

Y, honestamente, tampoco quería regresar.

El rumor se esparció rápidamente por el colegio, siendo Richard y Maggie los culpables de contarlo como un gran orgullo.

Los marginados lo vieron como algo cruel y desalmado, los más privilegiados lo veían como algo merecido y otros simplemente se mantenían a raya y nada más.

Pero nadie nunca hizo nada.

No lo publicaron en la página escolar como una advertencia de lo que podía provocar el bullying, sino como un chisme más. Los profesores y directores nunca mencionaron nada ni movieron un solo dedo para ayudar con los cuidados de Boonchuy (que por cierto, eran bastante caros). Por supuesto que los padres de familia se preocuparon por sus hijos, pero el director siempre daba el mismo discurso de siempre: "estamos trabajando en ello, la estudiante se encuentra mejor y tomaremos cuentas en el asunto" sí, claro.

Mientras tanto, en el grupo de Richard y Maggie se seguía debatiendo el asunto; que si estaba bien, que si estaba mal, que si les daba igual... y algunos otros estaban en conflicto.

Por ejemplo, Sasha.

— ¡Hey, niño! — Exclamó la rubia.

El muchacho de cabello desordenado se dio la vuelta y frunció el ceño.

— ¿Perdón? Voy en segundo año. — Protestó, ofendido.

— Sí, y a mí me importa una mierda. — Le pasó su fornido brazo por el cuello y lo obligó a andar. — Tú eres vecino de Boonchuy, ¿no?

El chico trató de zafarse, pero le fue imposible.

— Ya eres la milésima persona que viene a preguntarme sobre ella, ¡déjenme en paz! — Exclamó bastante frustrado. — ¡Hace unas semanas ni siquiera sabían quién era y ahora resulta que todos están preocupados por ella!

Varios ojos se voltearon sobre él y un tipo bastante alto y fornido del equipo de fútbol americano se acercó a él de manera amenazante.

— Hey. — Sasha le dio una mirada de advertencia y este se fue por donde mismo vino. — Sólo quiero saber cómo está. — Le susurró al pequeño.

— No voy a alimentar más chismes. — Se acercó a su casillero.

— No le voy a contar a nadie.

El pelirrojo suspiró, harto de la situación.

— Mira, aunque quisiera decirte cómo está, no lo sé. — Movió las manos con simpleza. — Anne no quiere ver a nadie y su mamá no quiere que nadie se le acerque, así que mejor ni lo intentes.

— Creí que eran amigos.

— Y lo somos, pero ella está muy... herida. — Cerró su casillero con algo de fuerza. — Física y emocionalmente.

Virgen | Marcanne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora