Epílogo

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–Alex tenía 15 años cuando lo descubrí practicando su propuesta de matrimonio frente al espejo– Peter Lowden comenzó su discurso, robándole risas a los invitados, Alex soltó un quejido lastimero a mi lado, sabía que su padre tenía mucho que decir. –Estaba sobre su rodilla derecha y extendía una tuerca oxidada en lugar de un anillo…una tuerca de muy buen gusto en mi opinión.

–¿Cuántas copas bebió mi padre?– Alex susurró en mi oído, enviando un cosquilleo a través de todo mi cuerpo.

–Suficientes como para decir que practicaste tu propuesta con una tuerca, mi amor– me burlé apreciando el tinte rojo en sus mejillas. Rodó los ojos con diversión, pero antes de poder contraatacar, su padre continuó.

–Lo escuché decir las mismas palabras una y otra vez, pero los extraños nervios que debía estar experimentando no le permitían terminar sus frases– apuntó sutilmente en nuestra dirección con la mano que sujetaba la copa de Champagne

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–Lo escuché decir las mismas palabras una y otra vez, pero los extraños nervios que debía estar experimentando no le permitían terminar sus frases– apuntó sutilmente en nuestra dirección con la mano que sujetaba la copa de Champagne. –Ví a esos dos jugar cuando eran niños y enamorarse siendo adolescentes…y ahora puedo decir con toda seguridad que ustedes nacieron para estar juntos– sonreí emocionada por las lindas palabras del señor Lowden, Alex besó mis nudillos con ternura, aunque en realidad creo que estaba intentando ocultar su sonrisa. –Jamie…eres sin duda la mujer más valiente que he conocido. Mi hijo tiene suerte de tener a alguien que literalmente iría a una guerra por él–.

 Mi hijo tiene suerte de tener a alguien que literalmente iría a una guerra por él–

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–Gracias…– modulé silenciosamente.

Ese hombre quería hacerme llorar…

–¡Así que, un brindis por los recién casados!. ¡Por Jamie y Alex!– finalizó su discurso provocando aplausos jubilosos y silbidos eufóricos.

Los presentes levantaron sus copas, brindando por nuestras nupcias. Alex me miró con su sonrisa traviesa, señaló mi copa, algo resignada crucé mi brazo con el suyo y bebimos nuestras copas.

Until Dunkirk/Alex/ Harry Styles Dunkerque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora