Capítulo 1

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Diciembre de 1939

Suspiré con nostalgia, acariciando el sucio papel de la única carta que Alex me envió hace ya 2 meses. Su letra siempre limpia y ordenada, ahora estaba impresa de forma desprolija, evidenciando la rapidez con la que tuvo que escribir esas cortas palabras, pero suficientes para mí preocupado corazón.

       Querida Jamie.

Estoy vivo. Te extraño cada día y cada noche. Reza por mí, amor mío, yo rezaré por ti.


                                            Tuyo, Alex.

Alex había partido a Francia hace 3 meses, luego de su semana de entrenamiento a las afueras de Londres, pude mantener contacto gracias a la poca distancia. Sin embargo, cuando tuvo que ir a Francia como potencia aliada de los Americanos, desapareció de la faz de la Tierra.
Envié más de 10 cartas a la base donde Alex estaba, pero lo único que conseguí fue una reprimenda de mi padre: "el ejército británico no es una maldita oficina de correos". Quizás tenía razón.

El alivio que sentí cuando la carta que sostengo entre mis manos llegó, fue casi inhumano. Estar 1 mes completo sin noticias, fue aterrador. Si hubiera sabido que le seguirían 2 meses más de martirio, no me habría relajado tanto.

Mi mente no paraba de maquinar sobre los terribles escenarios en los que Alex se encontraba mientras escribía la carta. ¿Un bombardeo?, ¿Una emboscada?, ¿Y si ahora era un prisionero más en las garras de los nazis?.

Casi por instinto abrazo con más fuerza la desgastada carta y miro la foto que reposa en mi mesita de noche.

Somos Alex y yo, en nuestra fiesta de compromiso. No puedo evitar la pequeña sonrisa que aparece en mi rostro ante el recuerdo de esa noche.

5 meses antes…

Acababa de cumplir 20 años cuando Alex oficialmente le pidió permiso a mi padre para casarse conmigo. Yo, como la joven seria y madura que soy, estaba con mi oreja pegada a la puerta del estudio, donde mi progenitor, Steve Dixon y Alex Lowden, mi novio de la secundaria, hablaban sobre la propuesta de matrimonio.

–¿Estás seguro de lo que estás pidiendo, chico?. Aún eres muy joven, tomar decisiones apresuradas no es una buena forma de comenzar con tu vida– dijo mi padre con cautela. Un segundo, ¿Estaba persuadiendo a Álex de casarse conmigo?, ¿De qué lado estaba el anciano?. La pequeña risa nasal de mi prometido me sacó de mis pensamientos.

–Le pedí matrimonio cuando teníamos 15 años, señor Dixon– contó con gracia en su voz, pude imaginarme el rostro de mi padre ante la nueva información, estoy segura de que una hoja de papel no sería tan blanca como el estaba ahora; respiré profundo para no reírme de la imagen mental que creé. –Amo a Jamie desde que tengo memoria y tengo la certeza de que no dejaré de hacerlo en los próximos diez, o cien, incluso mil años– sentenció con firmeza en su suave voz. Lo conocía tan bien que sabía de la gran cantidad de aire que sus pulmones estaban aguantando.

Until Dunkirk/Alex/ Harry Styles Dunkerque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora