Amor Verdadero | alejandro zendejas

29. pequeña ilusión

Octubre 2022
Ciudad de México

𝐀𝐥𝐞𝐣𝐚𝐧𝐝𝐫𝐨 𝐙𝐞𝐧𝐝𝐞𝐣𝐚𝐬

—Aquí podemos ver su cabeza, sus manos, y sus pies.- dijo la ginecóloga de Grecia.

Yo miraba todo absolutamente asombrado, como era posible que algo tan pequeño nos llenará de tantas emociones. Grecia me miraba de reojo y mire que sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Tengo una pregunta Doctora.- dije.

—Aver dígame papá.

—Ya podemos saber el sexo del bebé?

Mire como ambas, mi novia y la doctora, sonrieron.

—Aún no, eso sería en aproximadamente 8-10 semanas más. Pero, si hay algo que pueda hacer ya. Me acuerdo mucho de que usted estaba muy ansioso por decir al mundo que sería papá.

Yo asentí rápidamente.

—Pues, ya lo puede hacer. Ya, pasaron los tres meses y podemos decir que su bebé está creciendo muy bien.

—Tan rápido? -pregunto Grecia.

—Si mamá, recuerda que ya tenías casi dos meses cuando se dieron cuenta. -dijo sonriendo.

La ginecóloga los dio fotos de todo lo que nos había enseñado. Grecia y yo guardábamos todos los ultrasonidos, ella los tenía en un álbum junto a los de Josué pero yo los tenia en una caja en mi vestuario. Los miraba antes de empezar los partidos, algo como una cabala.

—Como les vamos a contar?-pregunte mirándola.

—Como habíamos quedado no? Que se juntaran en casa de tu familia, de ahí les hablamos.

Los papás de Grecia habían regresado a Texas por cosas del negocio de su papá. La despedida había sido difícil para mi novia pues no le había podido decir a sus padres que volverían a ser abuelos. Lo tuvimos que callar ya que la ginecóloga nos había comunicado que el embarazo podría ser de alto riesgo.

—Para mi está perfecto, pero como le diremos a Mateo?

—Y a Diana, vamos a comprar algo no? Y les damos la noticia juntos?

Después de casi dos horas, nos decidimos en cómo decirle a Mateo y a Diana que serían tíos por segunda vez. Al tener todo listo, fuimos a casa de Grecia y por suerte, pudimos hacer que Mateo y Diana se quedaran cuidando a Josué y eso hizo todo más fácil.

Ellos sería los primeros en saber esta noticia ya que era uno de mis mejores amigos y, obviamente, era también la mejor amiga de Grecia. También sabía que para Grecia decirle a su hermano y a su mejor amiga era lo que quería, pues el fue el primero en saber de Josué y pues Diana ha sido su confidente.

—Mateo! -gritó Grecia al entrar.

—Mande? Estoy acá arriba con Josué.

—Trajimos comida! -grite ahora yo.

Grecia me miró con una sonrisa. Al verla, le miré un bonito brillo en sus ojos, algo que me hacía muy muy feliz.

—Que es? -pregunto mi cuñado bajando.- Pizza? Hay que celebrar algo o que?

—Ya no podemos comer pizza o que? -pregunto Grecia.

—Pues si pero que no nos estábamos cuidando? - contestó Diana riéndose.

—No coman pues. -terminó Grecia tomando la caja.

Mateo fue más rápido y le arrebató la caja a su hermana. El se dio cuenta que la caja estaba muy liviana. La dejo en la mesa pero antes de abrirla, nos voltearon a ver con una mueca de confusión. Pero no nos hablaron, simplemente siguieron lo que habían empezado.