2. acostumbrarse

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Enero 2022
Ciudad de México






𝐆𝐫𝐞𝐜𝐢𝐚 𝐌𝐚́𝐫𝐪𝐮𝐞𝐳


Una ciudad nueva pero con los mismos amigos. Este último año había estado lleno de retos que con ayuda de mi familia y amigos pude sobrepasar.

Este año marcaba dos años desde que André falleció. Siendo realistas este último año ha sido el mas difícil, junto con mi hijo y mi hermano nos tuvimos que mudar de Dallas a Ciudad de México. Pero ya teníamos varios meses viviendo aquí en Ciudad de México y de a poco nos hemos acoplado a la ciudad.

Por fortuna la familia de André me ha apoyado aún después de su fallecimiento, su mamá cuida de Josué mientras yo trabajo y eso me ayuda bastante.

Cuando decidí mudar a esta ciudad me tomó bastante valor pues no era nada fácil dejar atrás el hogar en donde compartí muchos momentos con André. Al llegar a Ciudad de México, la familia Urbina fue de gran ayuda para mi y para mi hermano.

Mateo, mi hermano, aún seguía estudiando y jugaba en inferiores del FC Dallas. Aunque al llegar a Ciudad de México los primeros meses tuvo que dejar de estudiar para ayudarme en los gastos del departamento. Al escuchar eso ellos no dudaron en ayudarnos y hacer que Mateo buscara un lugar en donde pudiera jugar y estudiar.

Por mi parte, busqué un trabajo aquí en el que no descuidara de Josué, aunque afortunadamente en mis redes sociales tenía el privilegio de trabajar con marcas de ropas y eso era un gran alivio pero aún así ocupaba de otro trabajo. Para mi fortuna había un restaurante que ocupaba meseras, ellos no dudaron en darme el trabajo y estoy muy contenta por eso mismo. Las primeras semanas se me hicieron difíciles pues mi trabajo y la casa de la familia Urbina Navarro están bastante retiradas. De a poco nos hemos ido acostumbrado a todo lo que conlleva esta nueva ciudad.

—Grecia! - gritó mi hermano desde arriba.

—Mande?

—No has visto mi uniforme?

—Mateo, se mas especificó. -dije rodando mis ojos.

—El amarillo Grecia. Solo tengo dos.

—Tiene que estar en tu ropa, búscalo bien.

—Sería de más ayuda si subieras a buscarlo también, digo ya que fuiste tú quien lo guardo.

Volteé a ver a mi hijo y suspiré.

—Porque tú tío tiene que ser tan difícil?

—Te escuché mensa.

Ríe mientras tomaba a Josué y lo cargaba para subir con mi hermano. Después de 5 minutos de buscarlo, por fin lo pudimos encontrar en donde yo había dicho.

—No lo buscaste bien Mateo.

Rodó sus ojos.

—Si lo busqué, pero bueno ya me voy si no llego tarde.

—Ey! El desayuno Mateo!

—Perdón hermana pero ya no alcanzó! -dijo mientras salía de la casa.

Suspire y lo deje ir. El siempre tenía que llegar temprano a cualquier lugar al que fuera, algo que no tenemos muy en común.

Desayune junto con Josué y después limpie todo lo que ambos habíamos ensuciado. Para eso de las 11 de la mañana, Josué empezó a ponerse un poco fastidioso y mientras mirábamos una película se quedó dormido. Decidí tomarme un baño y arreglarme para poder salir más tarde junto con Josué y su abuela.

Amor Verdadero | alejandro zendejas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora