𝘽𝙪𝙙𝙙𝙮! • 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘚𝘶𝘨𝘶

07

Estuvo pensando toda la tarde el ridículo que hizo horas antes. Armó una gran escena de celos al frente de sus amigos y lo que se podrá decir el chico que le gusta.

No respondió a ninguna de las preguntas o reproches que le hizo su madre, normalmente llega de la escuela tiende a responderle asu madre sobre como estuvo su día, pero fue diferente esta vez, solo paso de largo hacia su habitación y se encerró, su aroma se notaba agrio y algo más fuerte de lo normal. Tuvo suerte de que su madre andaba del mismo Estado de ánimo que el de el y simplemente ignoro la llegada de su hijo y no quiso hacer algún reclamo por lo sucedido.

Su padre, bueno el pasa la mayor parte del tiempo seguramente organizando los trabajos que mantiene en la Oficina, o tal vez follando a cualquiera puta que se le cruze en el camino.

Pensándolo bien, no conoce la familia de Suguru, ni siquiera se a topado con alguien de ellos, y queda claro que ese tipo raro Mahito no era parte de la familia de Suguru.

Dios, ahora recuerda lo que pasó.

Jadea ronco y lleva sus manos para cubrir su cara. No tolera recordar tal cosa, las expresiones que mantenían los demás cuando se estaba comportando como todo un idiota. Oh, y Suguru, tenía el rostro más inocente que nunca.

— Eres un completo idiota. — La misma oración se repite en su mente cada que recuerda lo que pasó, y lo odia, lo sabe perfectamente fue estúpido mantener un comportamiento tan... Estúpido.

— Gojo-Sama, el joven Kento lo esta esperando en la entrada. — Una voz al otro lado de la puerta interrumpe lo que son sus pensamientos, con algo de rapidez se frota los ojos y exclama un: "¡Dile que ya bajo!", no quiere dejarse ver en sus penas.

Es raro, no esperaba visitas de nadie mucho menos del tipo de cara sería y se le hace algo raro, también el hecho de que ni siquiera a pasado un buen rato desde que armó dicha escena.

Una vez ya listo baja tan rápido las escaleras abajo casi tropezando con los últimos escalones, no le dio importancia y solo siguió rumbo hacia la puerta que da la entrada.

— ¡Nanamin! Que alegre visita. — Extiende sus manos intentado sonar lo más animado para intentar darle una bienvenida como debe. En cambio su sonrisa baja al ver que no viene solo.

— ¡Gojo-san! pensamos que te había ocurrido algo y decidimos pasar para saber si estas bien. — Ahora era Haibara el que aparecía atrás del alfa, como siempre alegre y con una amplia sonrisa.

Agradece a los dioses por no haber traído a Suguru con ellos, por un momento pensó que solo abriría esa puerta y miraría el hermoso rostro del omega frente a el. Aunque era poco probable que hubiese venido, después de todo lo que ocurrió.

Toma la iniciativa y decide hacerse a un lado para que ellos puedan pasar, no a dicho ni una sola palabra cuando éstos mismos entran y pasan hacia la Sala de estar. Esta feliz ya que su padre no está en casa.

No quiere ni siquiera saber lo humillante que puede llegar a ser su pequeña familia, principalmente su madre. Y se alegra que no esté encima de ellos en ese momento.

Tuvo un pequeño problema antes con Nanami, en el cual su madre apareció después de perderse todo el día y empezó a cuestionar con preguntas absurdas a Nanami, ni siquiera tenían algo que ver con los estudios o algo haci. Después de eso no volvió a invitar a alguien a su casa.

—  ¿Gustan algo de tomar? — pregunta amablemente la muchacha que le aviso antes a Satoru sobre la llegada de dicho duo.

— No, gracias. — La seriedad con la que Nanami responde es algo habitual en el, solamente habla dulce y tranquilo cuando se trata de Haibara, por aveces se pregunta si esos dos no tiene alguna relación amorosa que sea secreta.

Pensándolo bien, si parecen pareja, en varias ocasiones a escuchado hablar rumores de estos dos, pero casi nunca los cree, el simple hecho de que alguien como Haibara se enamore de Nanami, un tipo demasiado serio y amargado para alguien tan alegre y encantador. Simplemente no.

Mantiene su mirada frente a ellos, Haibara parece emocionado mientras que Nanami no tiene expresión alguna. Pasan un buen rato haci, nadie quiere decir o hacer algo, el único impaciente es Hai, que cada cierto tiempo lleva su vista a distintos rincones de la habitación también lo nota con el movimiento que mantiene en su dedo.

— Bien,  ya vieron que estoy bien ¿No? ¿digan que más necesitan? — Su voz suena como lo de siempre burlona y agradable y sabe que tienen algo bajo la manga.

— ¿Te gusta Getou-san? — En el mismo momento sus ojos se abren como platos y lo único que puede hacer es voltear a ver a Hai el cua se mantiene derecho y con las palmas de sus manos en sus rodillas.

Haibara solo levanta las cejas en seña para que responda. Sus ojos se terminan encontrando con los de Nanami intentando tener alguna salvación en la cual el lo logre sacar.

Pero sólo hay una cara sería y también es recibido con una ceja levantada.
Y lo sabe no tiene de otra.

Antes de empezar a hablar se aclara la garganta y se pone derecho para poder tener una mejor comunicación.

— Si, me gusta Suguru. — Sus ojos se cierran esperando algunas risas o algo por el estilo.

— Lo sabía. — La voz de Nanami es la primera que escucha luego de una pequeña risa de Haibara.

— Se nota desde la vez que lo empujaste junto con Naoya. — Haibara toma la palabra ahora, ambos parecen muy tranquilos ninguno parece estar sorprendido o algo por el estilo.
Por alguna razón esperaba que empezará a burlarse o a mostrar impresión en sus rostros.

— ¿Tan notable es? — Su pregunta sale como un suspiro intentando no dejar salir un jadeo de impresión ambos saben su no tan secreto enamoramiento ahora. Además no quiere negarse y parecer un completo idiota frente ellos.

— Si te gusta Getou-san te podemos ayudar. — Yū cómo siempre dulce y amable intentando tomar las mejores decisiones. No quiere negarse después de todo es lo que más a querido que suceda y Haibara está dispuesto a ayudarlo. Es una oferta que no puede rechazar.

Bajando un poco sus lentes hasta el puente de su nariz mira a Haibara con algo de picardía con sus ojos azulados.

— Aceptó.

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Corto, lo sé pero me morí revivo y vuelvo a desaparecer una eternidad. Jajaja lo siento. GRACIAS POR EL APOYO ALA HISTORIA!