Capítulo II: "Poniéndonos al Corriente"

30 8 1
                                    

GINEBRA, SUIZA

RESTAURANT, LE 3C

El rugido de un motor se escuchó por la calle, llamando la atención de los curiosos quienes sorprendidos observaban el Audi R8 V10 azul, que se conducía por las calles de ginebra con maestría, hasta detenerse por fin frente a la locación que se le había indicado.

— Que lugar tan horrendo. —dijo con disgusto en un susurro, observando desde el interior la fachada del restaurante que su amiga le había enviado por mensaje—. Pero no puedo esperar algo destinto de mi querida y humilde, Jennie.

Colocando una sonrisa de lado y una paleta de fresa en su boca. Kim Jisoo, salió del interior de su auto, destilando elegancia y sensualidad, capturando la atención de todo los que caminaban cerca de ella.

— Señorita, bienvenida sea a...

— No me importa, solo dime en donde encontrar a Jennie Kim. —pidió, colocando sobre sus ojos un par de lentes negros antes de lanzarle las llaves del auto al hombre—. Y luego lleva mi auto a estacionar con sumo cuidado o no te alcanzará la vida para pagarlo.

El hombre asintió con rapidez, dándole una pequeña explicación de cómo a llegar a Jennie. En todo momento su voz fue temblorosa y su cuerpo sudaba en gran cantidad ante el nerviosismo que le provocaba la atractiva joven que ahora se alejaba de él, pavoneándose de un lado a otro, luciendo su corta falda negra de paletones y su chaqueta tipo universitaria de color blanco con detalles negros, que cubría el crop top negro debajo. Su cabello estaba suelto, liso en su totalidad y cayendo por toda su espalda, haciéndola más hermosa de lo que ya era.

Jisoo, era simplemente irreal.

Bajo la atenta mirada de todos los comensales, Jisoo desfiló por el restaurante, provocando halagos y murmullos en los presentes, que solo incrementaban su ego. Su sonrisa de superioridad con la que había salido del auto, cambió por una sincera al ver de lejos a Jennie, sentada en una de las mesas a la orilla del lago, jugando con sus dedos mientras era cubierta por una amplia sombrilla que le brindaba la sombra necesaria para pasar un momento ameno.

— Querida Jennie, que grato es poder a verte de nuevo. —fue lo primero que dijo Jisoo, al llegar al lado de la castaña, quien rápidamente se colocó de pie para poder saludarla con un beso en cada mejilla—. Ansiaba el momento que pudiera volver a reunirme contigo.

— También es un gusto para mí verte, Jisoo. —Jennie respondió, alejándose de la pelinegra para volver a su lugar—. Lamento no haberte visitado en vacaciones cómo prometí, pero tuve un viaje en crucero con mi padre, para aprovechar todo el tiempo que estuvimos separados.

— Está bien. —Jisoo movió su mano con desdén, restándole importancia, mientras tomaba su lugar en la silla del otro lado de la mesa—. De igual manera, dudo mucho que hubiese tenido tiempo para ti.

— ¿Viajaste a algún lado en el verano?. —preguntó Jennie, viendo cómo un mesero se acercaba a su mesa y colocaba al centro una olla con Fondue de queso, antes de acomodar a su alrededor, recipientes con pequeñas porciones de pan, carnes, frutas y verduras cómo acompañantes para sumergir—. Espero que tengas ganas de Fondue. Me tomé el atrevimiento de pedirlo porque no hay nada mejor para darte la bienvenida, que una comida tradicional de Suiza.

— Jennie, siempre sabes cómo hacerme feliz. —la paleta de fresa abandonó la boca de Jisoo y fue a parar a uno de los ceniceros colocados en la estructura de concreto que separaba el restaurante del lago—. Y respondiendo a tu pregunta, no salí a ningún lado. Pase mis vacaciones en la cama y no precisamente en la mía.

Los ojos de Jennie, se abrieron con sorpresa mientras le pasaba un tenedor de Fondue a Jisoo, provocándole una carcajada a la pelinegra.

— ¿Conseguiste un novio durante el verano?. —Jennie quiso saber, mientras atravesaba un trozo de pan francés con el tenedor.

El Ingrediente Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora