𝐒𝐜𝐚𝐧𝐝𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬[2° 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚]©𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚✓

CHAPTER 36

❝GUARDIANES❞

N.JIYU.

Nos encontrábamos en el campo de entrenamiento, listos para que nos enseñaran algo útil que utilizar en caso de que la fiesta no saliese tan bien.

Los primeros en entrenar serían los guardianes, así que estos se pusieron frente a sus padres.

—En este entrenamiento además de enseñarles cómo usar las armas, les enseñaremos lucha cuerpo a cuerpo—Les dice Roy.

—Ezio ya sabe luchar, ¿Por qué tiene que entrenar?—Arquea una ceja Luca.

—Porque un guardián nunca deja de entrenar, ellos no tienen magia ustedes sí—Le responde Roy a su hijo.

—¿Y?—Le pregunta Aria.—Aún así a las hadas nos pueden atacar, soburro.

—Ya empiezan—Rueda los ojos Caroline.

—Continuando con la conversación, Damien y yo trajimos cuchillos, discos de corte y varias varas de madera y por supuesto, las flechas de Maddie—Mira a Roy a la pelirroja.

—Ya pueden estar bien afiladas—Le dice Maddie.

—Cada guardián entrenará con su progenitor—Interviene Alec.—Después lo haréis entre vosotros.

—Vale—Dice Gael alzando los hombros.

Una vez dadas las indicaciones, cada quien se va con su padre, comenzando a entrenar con un arma diferente.

Por una parte veo a Alec con James, quien le está enseñando defensa personal, a lo que es igual, lucha cuerpo a cuerpo.

James esquiva los golpes que lanza su padre, mientras que Alec sabe cuál es su punto débil y acaba tirándolo al suelo.

Por otro lado Gael está practicando los golpes de espada con su padre, al parecer no se le da nada mal, pero podría irle mejor, ya que al ser nuevo a veces se le va un poco la espada.

—¡Venga, Gael! No seas tan nenaza—Le grita su padre.

Gael intenta hacerlo lo mejor que puede, cayendo su espada al campo minutos más tarde.

Mientras tanto, Vanessa ni siquiera está haciendo nada ya que no quiero ni mirarle a la cara a su padre.

Eso hace que algo en mi se remueva y quiera sacarla de esa situación un tanto incómoda.

De pronto veo como la castaña le da la espalda, mirando a su madre quien sólo alza los hombros.

A unos pocos centímetros de ellos se encuentra Maddie en la diana, lanzando un par de flechas.

—¿Puedes lanzarlas más lento?—Le pregunta su padre.—No veo exactamente cuántas llevas.

—Pues se siente—Le responde Maddie a su padre lanzando otra flecha.