Capítulo 3: Ira, Sangre y Sueños.

58 6 1
                                    

Otra vez aquí...

Chillidos, gruñidos y un fuerte olor a sangre era lo único que me rodeaba...

--¡ROAAAAAAAAAAR!.

Bell: ¡maldición!.

A duras penas, pude detener el ataque sorpresa de un kobold.

Bell: ¡muérete bastardo!.

Inmediatamente, le corté el cuello y lancé su cadáver hacia los demás monstruos que me rodeaban.

"¿con que esto es el piso 6?, es más difícil de lo que pensé...".

No sé cuanto tiempo llevo aquí, pero ya habían pasado varias horas desde que duplique lo que gaste en el bar de Mia.

--¡WAAAAAAAARGG!.

¿Por qué sigo aquí?.

"Esa es una buena pregunta...".

Rápidamente, esquive las dagas rústicas que los goblings portaban para matarme, reponiéndome sin perder el tiempo, destrocé la cabeza de uno con una poderosa patada.

"No dejan de aparecer más y más bastardos".

Entonces, pude visualizar a unas cuantas figuras humanoides oscuras acercándose por uno de los pasillos.

Bell: mierda... otra vez estos cabrones.

Warshadows... monstruos increíblemente letales y peligrosos (para un novato como yo) que no poseen una forma completamente estable, lidiar con ellos es un infierno.

"Ni siquiera estoy ganando algo por hacer todo esto...".

Mi cuerpo solo se ha cubierto con más heridas por cada segundo que paso adentro de este lugar, me he visto reducido a recoger las piedras mágicas lo más rápido posible, aquellas que se quedan fuera de mi alcance solo son desechadas y empeoran mi situación.

"Pero...".

Ignorando el daño causado en mi hombro por las garras de los Warshadows, avancé de forma directa y apuñalé su punto débil, matándolos en ese momento.

"Aún sigo de pie...".

Desde mi brazo la sangre gotea.

Bell: ¡VENGAN POR MÍ HIJOS DE PUTA!.

No importa, ¡nada de esto importa!, incluso si esto solo empezó a escalar por una simple estupidez, no importa, incluso si es solo por mi orgullo... yo... ¡YO NO ME RENDIRÉ!.

Bell: ¡LOS MATARÉ A TODOS!.

La horda que alguna vez pareció abrumadora, se encontraba envuelta en una danza de ira liderada por mi voluntad, me daban igual el dolor y los cortes en mi cuerpo, no voy a escapar, estoy cansado de que yo no pueda ser el que elija como es su camino.

"Eres débil, deberías volver a ser granjero, ¿se supone que te acepte en mi familia?, niño... esto no es para alguien como tú, le doy una semana a lo mucho, ahí va otro...".

Bell: ¡AL CARAJO CON ESO, TODAS ESAS PUTAS PALABRAS SE PUEDEN IR A LA MIERDA!.

Un Kobold mordió mi pierna y unos Goblings rasgaron mi ropa, esto solo avivaba más mi ira, seguí avanzando. Mi daga, que ante los constantes y exagerados usos ya había perdido filo y se encontraba quebradiza, podía observar como pequeños fragmentos de metal provenientes de ella saltaban por el aire y se quedaban clavados en la carne de mis enemigos, a veces cegándolos por momentos que me daban una ligera ventaja, pero inevitablemente, mi arma se quebró y mis enemigos avanzaron sin piedad. Era abrumador, a duras penas podía lidiar con ellos, el más mínimo error significaría la muerte y el cansancio comenzó a consumirme lentamente... esto sería mi fin.

Danmachi: héroe encabronadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora