Capítulo 4

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Desahogo

Cuando las clases terminaron, me despedí de Naoko y acordé encontrarme con ella en la cafetería donde suelen reunirse tres veces a la semana.

Ella me envió la dirección a mi teléfono, y decidí irme un poco más temprano para explorar un poco los alrededores. Al terminar de arreglarme fui hasta el patio trasero dónde Evelyn y Violette se encontraban tomando café y comiendo algunas galletas.

—¿Vas a salir?—preguntó Evelyn mientras tomaba asiento a su lado.

—Pues si, tengo una cita de estudio— tomé una galleta y sonreí.

—¿Le fue bien hoy señorita?—asentí ante la pregunta de Violette.

—Si, debo admitir que el lugar parece poseer un ambiente un tanto.. tóxico—hice un gesto con la mano restándole importancia—. Pero no es nada que no pueda soportar.

—¿Pudiste verlo?—Evelyn tenía una mirada expectante.

—Estudiamos juntos y…—las miré mientras hacia una pausa jugando con ellas—. Estará en la cita de estudio.

Violette soltó un gritó de alegría.

—Vaya, eso es tener suerte—añadió Evelyn sorprendida.

—Lo ha hecho muy bien, señorita.

—Bueno, no hemos tratado mucho. Y la cita de estudio es con el y tres personas más—admití un tanto apenada por los elogios—. ¡Pero, es una buena oportunidad!

—Si…—Evelyn dio un sorbo a su café—. Cada pequeño paso cuenta.

—Lo se, y bueno, ya me voy así que las veo luego.

Me despedí y al llegar a la puerta de entrada George me detuvo.

—¿Necesita que la lleve a algún lado, señorita?

—No George, gracias. Caminaré, quiero conocer un poco los alrededores.

—Como guste—acompañó el gesto con una pequeña reverencia, y yo rodé los ojos. Este hombre era demasiado educado.

Salí de casa y leí la dirección en mi teléfono por última vez antes de comenzar a ubicarme.

Había estudiado las calles y zonas de Belmort anteriormente, y me sentía un tanto segura en la práctica.

Belmort no era una ciudad muy grande, pero eso no le quitaba lo encantador. Tenía un clima cálido la mayoría del tiempo, y mucha naturaleza.

La mayor parte del lugar estaba rodeado por el lago Fayette, y este era visible desde varias partes de la ciudad.

La cafetería One&Only era un lugar algo popular y concurrido entre la población, no era difícil llegar hasta ella, y  me di cuenta que el recorrido desde mi casa hasta acá no fue tan largo como creía. Llegué veinte minutos antes de la hora anticipada.

La cafetería estaba ubicada en una zona elevada, a la cual se accedía a través de una escalera ancha de piedra. Ya arriba obtuve un vistazo completo del lugar.

Había dos árboles en la entrada que formaban una especie de arco, y una rejilla negra en el medio de esta. El lugar tenía un amplió jardín donde había algunas mesas con toldos, indicado para el que quería estar un rato al aire libre.

El establecimiento tenía la parte inferior de sus paredes construidas en ladrillos rojos, y la mitad superior eran ventanales.

Dentro predominaba el olor del café y el de los pasteles. La cafetería no estaba llena, por lo que no me fue difícil ubicar a la única persona que conocía.

Si hubiera tenido mi "Felices para siempre" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora