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Estaba apenas dejando las llaves de su hogar, cuidadosamente, colgadas cuando escuchó la suave voz, casi un susurro, de su esposo solamente unas habitaciones más lejanas a él.

Se acercó cauteloso, luego de dejar sus cosas en los respectivos lugares, caminó en silencio y llegó frente a la puerta de dónde provenía el sonido; el era consciente de lo sensible que eran los sentidos de su esposo, por ello, tuvo mucho cuidado al acercarse a la puerta y observar.

Bueno, escuchar.

— Life is what happens to you... —: vio cómo el susodicho estaba acostado en la cama de su hija mayor, Iron, mientras ella estaba recostada en su hombro, abrazada de un peluche; a sus dos lados, pegados a sus costillas, estaban sus hijos menores. Bobby estaba abrazado fuertemente a su lado derecho y Richarlyson en el izquierdo casi encima suyo, de no ser por Bobby, claro.

Una preciosa imagen.

— while you're busy making other plans... —: volvió a susurrar en la tonalidad de la canción, mientras acariciaba lentamente el cabello de los menores y arrullaba a los tres con su voz. Bueno, cuatro.

Sentía la fatiga del día caer en sus hombros, pero la imagen frente suyo no dejaba a sus pies caminar hacia su esposo y robarlo de sus hijos.

— Beautiful, Beautiful, Beautiful, Beautiful Boys... —: cantó suavemente a los menores, los cuales inconscientemente se abrazaron más al hibrido de araña.

— Beautiful, Beautiful, Beautiful, Beatiful Girl... — incluyo a la mayor al canto con un verso solo para ella; se acomodó mejor en el hombro contrario.

Los beneficios de ser la unica mujer; no era misterio para nadie que ellos amaban cuidar a las niñas de la isla, tales como Pomme, Leonarda, etc. El tener una chica en la familia a la cuál brindar el cariño que tanto esperaban era simplemente mágico.

Escuchaba a Roier tararear la canción únicamente, tal vez para no perturbar su sueño, tal vez porque no se la sabía, cualquiera era válida. Se escuchaba precioso.

Era la imagen perfecta de su felicidad, sus tres hijos y el amor de su vida; los cuatro amores de su vida, en todo caso.

No pudo evitar ponerse sentimental, sentía sus ojos picar levemente, no mucho, solo como un pequeño sentimiento de abrumar.

Su esposo empezó a cantar de nuevo, está vez en portugués; si no lloró antes, ahora si.

— Eu gosto de você... —: murmuró suavemente, el sueño cubriendo su voz de igual forma. — E gosto de ficar com você... —

Todavía recuerda la madrugada en la que se pusieron a escuchar música, no había pasado mucho desde que se casaron; esa canción lo ponía emocional al pensar en ese día y ellos, era algo de ellos, algo que podía compartir con el porque le interesaba. Escucharlo cantar algo en su idioma, sin importarle si pronuncia bien o mal, para sus hijos, sus hijos, ni siquiera en juego, era una canción de cuna; era demasiado para su débil corazón.

Abrió lentamente la puerta, haciendo un poco de ruido para no exarltar al mexicano. Este abrió los ojos algo rápido, de la misma forma relajó su mirada nuevamente, dedicándole esos exclusivos ojos de amor a su persona.

— Hola... —: susurró lo más bajo de pudo. No notó lo aguado de los ojos contrarios, para suerte del brasileño.

Cellbit se acostó directamente en el regazo del castaño, dejando su cabeza en su estómago, simplemente apreciando la cercanía que podía tener a él.

Si hay algo que el siempre ha notado, es que el pegamento y unión de esa familia, siempre recaía en Roier. Por supuesto que los niños lo amaban, Iron y Richas eran muy unidos a él, Bobby era también un niño consentido, obviamente más apegado a Roier, pero siempre iba con Cellbit cuando necesitaba ayuda. Era indudable la cercanía que todos habían desarrollado con Roier, siempre eran buenas momentos, divertidos, dulces, no importa bajo que contexto, siempre que lo recuerdos, te hara feliz.

Por eso lo amaba, era la luz y felicidad que todos necesitaban.

— A ver, cabron, que tengo a los chamacos encima también... —: susurró agresivamente al brasileño; lo ignoró.

Suspiró y decidió dejar caricias a su cabello, elevando el estado somnoliento del oji-azul.

— ¿Necesita ayuda a llevarlos a la cama? —: balbuceó en español lo mejor que pudo con su sueño encima.

— Nah, déjalos dormir, todos necesitamos dormir. —: respondió suavemente. — Pero... —

Se movió el castaño, sosteniendo con cuidado a Richarlyson y Bobby, para que no se lastimarán, Cellbit le ayudó a sostener a Bobby. Roier se acomodó mejor en el respaldo de la cama, haciendo un espacio a su lado para Cellbit, él entendió y se movió, se acostó apoyado en el respaldo de la cama, al lado de Roier, se puso a Bobby acostado encima, para que este no estuviera incómodo, inmediatamente se abrazó a su torso. Roier acomodó su cabeza en el pecho contrario, suspirando cómodamente.

— ¿Você ta bem? —: preguntó suavemente.

— Ahora si. —: contestó alegre, levanto la cabeza levemente, dejando un rápido beso en los labios contrarios. — Buenas noches, Gatinho. —

— Bom noite, Guapito. —

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❝ l o v i n g ❞ - g u a p o d u oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora