Una puñalada en el corazón

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Habían pasado un par de meses desde el Grand Prix de Monza, y había decidido tomarme un descanso del mundo de las carreras.

Charles y yo hacíamos videollamadas de vez en cuando, e incluso Pierre me había escrito para ver cómo estaba, pero aún tenía que hablar con Charles.

El problema es que no tenía ni idea de qué decirle. Ni siquiera estaba segura de qué estaba sintiendo hacia él, o que sentía él hacia mí. Charles es el rey de dar señales mezcladas. Un día está enamorado de ti, al día siguiente se aleja de ti completamente.

El GP de Qatar fue la semana pasada, lo que significaba que Charles estaba de vuelta en Monte Carlo. Estaba sentada en mi cama, cuando decidí que por fin era hora de hablar con Charles.

Charles

Puedo ir a tu casa?

Claro, en media hora tenemos comida familiar
A mi madre le encantaría que vinieras

Genial, estaré ahí en 10 minutos

❤️

Rápidamente me levanté y abrí mi armario. Resoplé cuando vi el desastre que tenía hecho. Pero no había tiempo para eso ahofa, necesitaba elegir un atuendo rápidamente. Me terminé decidiendo por un atuendo blanco, ya que sabía que era una ocasión casual.

Aunque ya era octubre, las temperaturas seguían siendo un poco altas. Cogí mis cosas y me dirigí a la puerta. La casa de los Leclerc estaba a 5 minutos, así que caminé hasta ahí.

"¡Amelia!" Pascale, la madre de Charles, exclamó cuando me vio entrar a la cocina. "Oh cariño, te he echado de menos" me dijo, acariciando mi mejilla. "Hola" les dije con una sonrisa, a Lorenzo y Arthur, que estaban ayudando con la comida. "Acuérdate de traer a tu madre la próxima vez" me dijo Pascale y escuché pasos en la escalera. "Por supuesto. Es que hoy estaba ocupada" respondí tratando de mantener mi atención en Pascale, en vez de a la persona que sabía que estaba bajando por las escaleras.

"Hola" Charles me saludó sonriendo. "Charles, tienes que traer a Amelia más seguido, la echamos de menos" dijo Pascale sonriéndome. Charles me dio un pequeño abrazo y su brazo se quedó alrededor de mis hombros. "Mamá, solo llevo en casa 2 día–" respondió Charles pero su madre lo interrumpió. "Sin excusas, Charles" dijo ella yéndose, para terminar de preparar la comida.

Charles se rió y me sonrió, su brazo todavía a mi alrededor. Era algo tan normal y usual, pero por alguna razón sentí mis mejillas sonrojarse, y mi cuerpo entero concentrarse en ese sitio, donde Charles tenía su mano.

"¿Y qué has estado haciendo?" preguntó Charles, mirándome fijamente. "No mucho, cosas de la escuela y eso" respondí con un ligero suspiro, sabiendo que era la respuesta más aburrida que podía haber dado. "Por lo menos no te estuvieron gritando todo el fin de semana" Charles bromeó con una sonrisa triste, refiriéndose a su fin de semana en la carrera.

Charles había estado genial, demasiado genial, en la clasificación. Pero en la carrera del domingo, se quiso arriesgar, fue un poco arrogante e intentó adelantar a Max en una curva. No fue algo inteligente por su parte y terminó chocando contra el muro, sin poder terminar la carrera.

Apoyé mi cabeza en su hombro tratando de consolarlo. Charles y yo siempre hemos tenido una extraña manera de entendernos en todo momento, sin decir ni una sola palabra.

"¡La comida está lista!" anunció Pascale, y todos nos sentamos. Charles y yo uno al lado del otro, Lorenzo y Arthur al otro lado y Pascale al final de la mesa, justo a mi lado. Todos comimos mientras Pascale hablaba y preguntaba de todo.

It's always been you [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora