TU CULPA

370 32 4
                                    

EN LA ACTUALIDAD.

-Mierda, mierda, maldito despertador- me dirigía a toda prisa a la universidad, 30 minutos tarde.

No fue hasta que mi trasero impactó contra el suelo cuando me di cuenta de que había chocado con alguien. Me levanté mirando al desconocido.

-Lo siento muchísimo, que torpe- no me decía nada, solo observaba la pila de libros de arqueología que tenía bajo mi brazo.

-No te preocupes, yo tampoco te vi- 

-Si bueno tengo que irme, llego tarde- empecé a correr.

-COMO TE LLAMAS?- me gritó el tipo sin moverse de su sitio.

-AFRICA- contesté sin parar de correr.



La mañana fue muy larga, era mi último año de carrera y las asignaturas se me resistían. Me dirigía a mi casa por el mismo camino por el que había ido esta mañana cuando lo vi, el mismo chico de esta mañana estaba parado en el mismo lugar en el que habíamos impactado. 

-Hola, no sabía si vendrías por aquí pero decidí arriesgarme- me dijo sin quitarme los ojos de encima.

-Has estado esperando toda la mañana aquí?- estaba impactada, no lo conocía de nada y hacer algo así era siniestro.

-Que va, acabo de salir de trabajar- todavía era extraña la situación.

-Necesitabas algo de mi o...- 

-Solo me pareciste agradable, pareces interesante y el destino quiso juntarnos así que quería invitarte a comer- 

-Porque no? no tengo nada que hacer-

Nos dirigimos a un restaurante de la zona, al llegar pedimos mesa y nos la dieron al instante. 

-Estudias arqueología por lo que veo- 

-Has acertado, estoy en mi último año- 

-Te gusta la investigación supongo, quizá descubras.. yo que sé, una puerta al infierno- me hizo gracia.

-No lo creo jaja, no creo en el infierno ni en los demonios, fantasmas, nada del estilo- hice una pausa- no me has dicho tu nombre.

-Bill, me llamo Bill- nombre poco común por aquí- no conoces el desastre del 14?

-Lo conozco, pero pasó hace mucho y cuando una historia pasa de boca en boca, los detalles se distorsionan, no creo que fueran demonios los que lo provocaron- 

-Yo si que creo en ello, de echo sé bastante sobre lo que sucedió, las muertes, los sacrificios...-

Mi mirada reflejaba una mezcla de curiosidad y diversión, había oído esa historia mil y una veces y no me lo tragaba, la gente siempre busca algo en lo que creer y me parecía perfecto, pero demonios.. era ya pasarse.

-No me mires raro, solo soy un fanático de la historia-

-Solo tenemos creencias distintas, pero no voy a juzgarte por creer en lo imposible- me miró con una sonrisilla en la cara.

-Créeme se de lo que hablo, no lo diría si no fuera cierto- 

-Necesito pruebas-

-Se donde se encuentra el lugar del que salieron, no he puedo ir solo pero si me acompañas te lo mostraré- esto podría ser una aventura gratificante.

-Porque no puedes ir solo?-

-Ese lugar está siendo estudiado, solo arqueólogos y acompañantes pueden acercarse al lugar, llevo años queriendo ir allí y tu eres mi billete de ida- 

Me lo estuve pensando, si era mentira podría ver lo que hacen las personas de mi oficio y si era real... ni siquiera puedo calcular esa posibilidad. 





Los siguientes meses fueron agotadores con los exámenes finales de la uni, pero tener a Bill cerca me había ayudado con el estrés. Había aceptado su propuesta y ahora solo tocaba esperar una semana para sobrevolar medio planeta y dirigirnos a nuestro destino, Bill estaba ansioso.

La semana pasó extremadamente rápido, ya estábamos en el aeropuerto a punto de despegar, sería un viaje demasiado largo pero no estaba sola y eso me tranquilizaba.

Llegamos al lugar y ni siquiera paramos en el hotel para dejar las cosas, Bill me exigió ir directamente al lugar y accedí.

En la entrada tuve que enseñar un par de papeles que certificaban mi carrera y mi titulación, no íbamos a investigar, solo a observar así que nos dejaron pasar. Vi a Bill dirigirse hacia el interior de la cueva sin esperarme, eché a correr para poder pillarlo. No tenía idea de lo que acababa de hacer.

-Deberías irte- me soltó mientras me miraba.

-Que?!! ni de coña- 



NARRA BILL.

Lo que estaba a punto de hacer, traería terribles consecuencias pero tenía que hacerlo si quería a mis hermanos de vuelta. Pero había algo que me echaba para atrás, esa chica. 

-Si todo sale como yo quiero que salga, correrás un grave peligro, lárgate-

-No voy a irme, te dije que haríamos esto juntos y así será- que cabezota era.

-Morirás- intentaba asustarla para que saliera corriendo.

-No te creo, no creo nada de esto y estoy segura de que es todo un cuento chino- no me dejó otra opción.

-Te he utilizado- la miré- todo es real, lo sé porque yo estuve allí.

-Bill... de eso me sonaba tu nombre...- vi cómo caminaba hacia mí, su cara era de pánico y de repente - no cuela tio que no te creo.

-Te he advertido- caminé hacia el lugar y ahí estaba, la misteriosa puerta.

-Q que? como puede haber una puerta aquí?- 

-Te dije que era real, no me hiciste caso y ahora morirás. Sabes lo mejor? Cuando abra esta puerta el caos volverá a las calles, será todo culpa tuya- su cara de terror era digna de ser enmarcada, pero no sentía felicidad al verla sino lástima.

Abrí la puerta y tres figuras se materializaron a mi lado, lo extraño fue que creí ver cuatro auras salir. Era hora de que los cuatro volviéramos a tener el dominio de todo. 





NOTA DEL AUTOR.

A partir de ahora empieza la acción.

kARMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora