Sigue así

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-Ya me he enterado del nefasto numerito que montaste el otro día.

-Tom cállate.

-No, no voy a callarme, te encargarias de deshacerte de ellos, y los has dejado escapar.

-No tienes que narrar lo que se que he echo Tom, estuve allí.

-Que te está pasando Bill, donde esta ese demonio sanguinario sin piedad?

-No sigas con esto.

-Bill, te das cuenta de lo que podría pasar si consiguen su cometido? No estamos hablando de que podríamos desaparecer, sabes las terribles consecuencias que tendría para nosotros.

-Lo se

-Estas haciendo las cosas muy mal, deberías dejar de pensar solo en ti mismo.

-Eso no el lo que haría el Bill de antes, no pensaría en los demás.

-El Bill de antes daría hasta su propia vida por sus hermanos y tu.. Nos cambiarias por una niñata QUE INTENTA DESTRUIRTE BILL ABRE LOS PUTOS OJOS.

-No vuelvas a levantarme la voz.

-Tom déjalo, el sabrá lo que hace y si esta dispuesto a perderlo todo por una mujer- habló Georg mientras entraba a la habitación.

-No hará nada que nos haga daño verdad?- Gustav también entró justo detrás de él.

-QUIERO QUE TODOS LOS PRESENTES SE LARGUEN DE ESTA HABITACIÓN YA!!!

Tal y como lo dije lo hicieron, me miraban decepcionados mientras retrocedían y salían de la sala.
No sabía que estaba pasando conmigo.

NARRA ÁFRICA

El entrenamiento sería más duro de lo que podría haber llegado a pensar, no sabía cómo concentrar mi poder ni siquiera tenía claro de que los tuviera.

Los demás avanzaban rápida y eficazmente, habían aprendido como hacerlo y ahora sólo entrenaban para ser aún más fuertes. Mi situación los preocupaba, mientras ellos eran capaces de arrancar grandes árboles, yo no podía ni hacer temblar una pequeña piedrecita.

Me estaba desesperando y eso causaba que las cosas me salieran aún menos.

-Tienes que concentraron en el objetivo, visualizalo, y ten claro en tu mente aquello que quieres hacer con el.

Lo intenté, lo hice una y otra vez y no veía resultados, quizá mi cometido en esta guerra era solo el propagar la información y reunir a aquellos que de verdad debían salvar a la humanidad.

-No soy capaz de hacerlo, quizá debería rendirme y aceptar que no estoy echa para esto.

-Has tenido el valor de recorrer el mundo en busca de cuatro extraños sin saber que podría pasar, has convencido a cuatro personas de seguirte y has conseguido que creamos en tu causa, este es el motivo de tu vida, naciste para esto.

Lo miré sin decir nada, llevaba tanto tiempo pensando en todo aquello que no había podido hacer que olvidé todo lo que había logrado, este chico había echo que volviera a creer en mi y estaba lista para seguir intentándolo.

-Charles

-Dime

-Gracias por creer en mi y por no rendirte.

-No tienes que agradecer nada, lo hago con verdadero gusto- comenzó a acercarse a mi, sabía su intención y no pensaba frenarlo.

Pasó rápido, unió nuestros labios y cerré mis ojos para disfrutar el momento, al poco tiempo abrí mis ojos levemente y me separe de inmediato.

El me miraba avergonzado pensando que algo había echo mal, pero la verdad, al abrir los ojos solo pude ver el rostro de Bill, me imaginé su cara junto a la mia, sus labios junto a los míos...

-Lo siento, yo no debí hacerlo.

-Nono, esta bien.

-Entonces?

-Solo me vino un mal recuerdo a la cabeza, eso es todo.

-Entonces puedo volver a hacerlo?

Quería que lo hiciera? Yo creo que si, pero lo que más quería era que no fuera el sino Bill.

Lo odiaba pero mis sentimientos de afecto hacia el, eran aún mayores.

Asenti con la cabeza y lo hizo, volvió a unir nuestros labios y nuevamente la imagen de Bill volvió a mi cabeza, estaba tan distraída que deje de tener noción de lo que pasaba a mi alrededor.

-Lo ha conseguido!!-Ale entró y ambos nos separamos, un aura amarilla salía de mi cuerpo causando que todos los objetos de nuestro alrededor flotaran.

-Lo has conseguido- Charles me miraba con una gran sonrisa orgullosa.

-En que tanto pensabas- Ale pregunto mientras daba golpecitos a su hermano con una cara pícara.

-Bill- susurre para que no lograran escucharme.

kARMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora