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Yoongi no podía creerlo, era simplemente imposible.

Lo que menos esperaba era que, después de 10 años sin verse o saber el uno del otro, encontraría un cartel pegado en las calles de la ciudad con su jodido nombre escrito en él. O bueno, una variante de él...

Porque sí, puede que Yoongi fuera un doctor reconocido en su área y más con la publicación de su último libro. Pero su 'éxito' se basa en:

Unos cuantos artículos publicados en su honor y muchas palmadas en la espalda.

Se traducía en salones llenos y una chequera en blanco por parte de la universidad para sus investigaciones.

Se traducía en un despacho con vista al río y un lugar de estacionamiento fijo.

Se traducía en una casa propia y un divorcio en puerta.

Ésta es la vida que Yoongi tenía, una vida tranquila y monótona sin un desastroso mejor amigo, o ex mejor amigo, dadas las circunstancias.

Y es justo ahora, cuando noviembre corre por convertirse en diciembre y la ciudad toma vida pese al frío. Ahora que Yoongi deja el auto en casa porque siempre le ha tenido miedo al hielo sobre el pavimento. Es justo ahora que la vida que tanto conocía se le está yendo al carajo.

Porque es justo ahora cuando Jimin tiene que volver y arrancar de tajo la cicatriz que con tanto esfuerzo pudo construir y sanar y como si tuviera 20 años otra vez, de repente la vieja herida comienza de nuevo a doler y sangrar.

El cartel es simple. Sólo anuncia una fecha y un recinto en donde se presentará la banda de Punk Rock MinYoonKim, al fondo hay una foto de la banda con Jimin al centro vestido de negro, con las piernas abiertas y las pesadas botas negras bien plantadas en el suelo. Viste una camisa blanca y una simple corbata negra que, si no doliera tanto, éste hecho hubiera logrado hacerlo reír, pero la realidad es que duele y el reír ahora parece imposible; su fiel chamarra de cuero le acompaña, pero enmarca unos tatuajes que Yoongi desconocía.

Nada es lo mismo y sin embargo él no ha cambiado en lo absoluto. Tiene la misma cara redonda y dulce que tenía la última vez que lo vio, el cabello despeinado y la sonrisa socarrona.

Es él.

Es Jimin.

Está frente a él y a la vez tan jodidamente lejos.

Es él y, sin embargo, Yoongi sabe que ya no es su Jimin.

Porque él es físico ¡por el amor de dios! Yoongi sabe mejor que nadie que sólo las cosas muertas permanecen en el mismo sitio.

Negando con la cabeza aborda el metro dejando el tonto cartel atrás. Después de todo tiene una clase que dar y no puede permitirse pensar en algo tan estúpido como Jimin ahora.


***


Y de repente está en TODAS PARTES:

-En la camiseta del chico listo que se sienta en primera fila.

-En un pin en la mochila de su alumna de posgrado.

-En la radio de un automóvil mientras cruza el estacionamiento.

-En la televisión de la cafetería...

¡En la puta puerta de su despacho!

Algún estudiante había encontrado gracioso el tapar su nombre en la placa de metal con una calcomanía enorme con el nombre de la banda.

La primera vez que Yoongi lo notó no le dio mucha importancia, creyó que se trataba de un obsequio por parte de sus alumnos.

Ahora esa calcomanía le come las entrañas.

Falta más de un mes para el show y de repente todo Seúl tiene MinYoonKimmanía.


***


El paquete llegó a su oficina dos días antes de que las vacaciones de invierno dieran inicio. ¿El contenido? Un simple boleto para tan aclamado show.

Sin remitente.

Sin nota.

Sólo un pinche boleto y nada más.

Tira la caja con fuerza a la basura, pero no tiene corazón para romper el boleto. Está tentado a regalárselo a la calificación más alta del semestre, pero algo al fondo de su ser se lo impide.

Llevan diez años sin verse.

Diez años sin hablar.

Quizás...

Quizás ésta sea su forma de disculparse.

Quizás ésto sea su tratado de paz.

Y Yoongi jamás le dispararía a una bandera blanca.

Just Friends? [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora