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Cuando salió del funeral, la tarde habia caído y tan pronta como llegaba se iba.

Sanzu busco con la mirada algun rostro conocido pero al no encontrar a nadie, finalmente se dispuso a retirarse. Hajime le había dicho que esperara hasta que no hubiera nadie para encontrarse, pues el bajaría al lugar.

Se sentó en la acera prendiendo un cigarro, esperando al omega, sentía su cuerpo desfallecer, apenas habia dormido ayer. Con la tontería del asesinato y el tener que inculpar a idiotas que se la habían jurado al Haitani, fue una travesía, que esperaba no tener que repetir.

Y esa era otra cosa que lo estaba molestando desde que cobró consciencia de sus actos; había asesinado en el calor del momento por el omega.

Por Hajime, para ser mas claros, Hajime abrió la boca y el actuó sin pernsarlo, solo un movimiento seductivo en la voz del omega lo llevo a eso. Y si bien lo oculto en el momento, estaba aterrado.

No de matar a un amigo de años por una situación que escapaba de las manos de ambos, ni miedo a ser descubierto y condenado, estaba aterrado del poder que el omega parecia tener en él.

No era consciente de ello hasta ayer, no siquiera tenían un lazo tan fuerte, ni vinculo que los hubiera echo mas unidos. ¡Apenas unos días se entero que seria padre!

Y eso lo jodia mas, había aceptado sin muchos tapujos, como si el simple echo de que fuera Hajime solucionara todo o hiciera la situación mas soluble entre ambos.

Como si algo en él, muy dentro de él pensara que si se trataba de Hajime, haría toda esa mierda mas de una vez.

Amaba a Manjiro pero lo que había echo no lo haría ni por todo el amor que le tuviera a Manjiro.

No el matar, pues siempre lo hacía, sino el asumir proteger a aquello que no conocía, algo que no deseaba pero muy dentro de el se decia que lo amaría.

Si Manjiro hubiera hablado de entablar una relación mas madura y menos rebelde el se hubiera negado e incluso hubiera perdido interes.

Pero Hajime desperto cosas de si mismo que no conocía, y eso lo estaba asustando.

— Haru —Escucho llamar, volteando su rostro y encontrándose con el omega de pie a su lado, su figura esbelta, y largo cabello, era la primera vez que apreciaba lo arreglado que se encontraba.

¿Siempre se arreglaba tanto para ver sé?

Un detalle lo hizo sentir su corazón saltar, detalles que no sabía por que volvían tan tontos a los alfas.

Pesé a lo delgado que se encontraba, podia notar como sus caderas se habían echo un poquito mas anchas y su vientre mostraba una tímida pero desapercibida panza que facilmentw podría pasar por haber comido mucho; pero que Sanzu sabia era fruto de ese amor que no se tenían.

O no aceptaba que existía, mas allá de la lujuria.

— ¿Que pasa?, ¿Tienes fiebre? —dijo agachandose y tocando la frente del alfa, este lo apartó de forma brusca.

— ¿Por que te arreglas tanto para venir?, ¿Es que quierea que sospechen? —dijo señalando el largo y ceñido vestido del omega, este se encogió de hombros extrañado.

— Seria raro que ande desarreglado —dijo dando la espalda al alfa— Siempre ando bien vestido, que me vean con menos levantaría sospechas, como sea, tenemos que ir a... Tu ya sabes.

Sanzu busco nuevamente con la mirada sin encontrar nada y asintió, caminando detras del omega que lo guió hacia una camioneta con ventanas polarizadas.

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Al pasar los meses, las tensiones en Bonten crecían, Rindou no había desaparecido como previo Hajime pero su participación era menos y se le veía mas retraído, Manjiro se volvió mas duro con todos sus ejecutivos y se distanció de forma mas marcada de Sanzu quien, se vio menos afectado que la primera vez.

El mismo sabia que ello tenia nombre y era Hajime, que al pasar el tiempo se habia vuelto su cómplice total, el guardaba su secreto y viceversa, ambos estrecharon lazos despues de tal incidente cosa que varios se dieron cuenta pero nadie hablaba de eso, era lo de menos después de la muerte de Ran, Manjiro se veía afectado de alguna manera, mas sombrío y menos interesado en interactuar fuera de su trabajo.

Cosa que alivio a la pareja, pues sin Manjiro cerca sentían su propia libertad mas cercana.

La reunión de ese día se veía mas incomoda que de costumbre, Manjiro puso un arma en la mesa de reuniones y comenzo.

— Quiero dejar atras los secretismos de una vez por todas, el callar información nos llevo a perder a Ran, y si bien no era tan importante, cualquier muestra de debilidad ante la sociedad hara caer a Bonten, asi que quiero que bajo este arma todos juren lealtad y confiesen cualquier cosa que tengan bien oculto, sera la primera y ultima vez que se les perdonará cualquier pecado, seré su Dios y ustedes mis siervos —dijo colocando el arma en el centro de la mesa, bajo la atenta mirada de todos los presentes— Confiesen.

Sanzu pudo notar la penetrante mirada de Manjiro encima suyo, pero la ignoro, como sabia hacerlo desde ya un tiempo.

La sorpresa fue colectiva cuando Takeomi sin sostener el arma, dio un paso adelante y miro a Hajime con aire soberbio.

— Yo debo confesar saber un secreto bien oculto desde meses —dijo mirando luego a su hermano.

Manjiro se extraño.

— Dilo de una vez.

— Lo siento Haruchiyo, pero es mejor que todos lo sepan —dijo apunto de hablar, sin embargo Hitto sostuvo el arma y sin pensarlo solto lo impensable.

— Hajime esta esperando un cachorro —se interrumpio a si mismo, ante el asombro colectivo— es mi cachorro.

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Un disparo se escucha en la habitación, Manjiro tenia un arma escondida.

No Deseado ; Sankoko/omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora