Capitulo 4

256 32 8
                                    

Un regalito para ustedes...

—¿La Madre Luna?—

—Se que en este lugar es común venerar al Padre Sol pero de dónde yo vengo la Madre Tierra y la Madre Luna son las deidades principales— te respondió —aun que después de lo que viví te puedo asegurar que nada en este mundo pasa sin la intervención de la Madre Luna—

—Entiendes que todo esto que me dices suena a un mal chiste ¿verdad?—

—No por qué no hayas visto algo personalmente significa que no existe— respondió —y realmente no me importa si lo crees o no, pero hay algo que tengo que dejarte claro, me pagaron por protegerte y eso haré sin importar cuántas vidas tenga que arrebatar— te advirtió pero aquellas palabras eran más como una promesa inconsciente que se hacía a si mismo —asi que será mejor que dejes la culpa a un lado, te puedo asegurar que cualquier sujeto que se atreva a atacarnos sabe quién soy y sabe que se arriesga a perder su vida, si ellos deciden arriesgarse por un par de monedas ¿que puedes hacer tu? si ellos decidieron llevar una vida deshonesta ¿que puedes hacer tu?— no tuviste palabras para responder y Dabi no tenía intención de continuar con esa conversación.

Después de asegurarse de que estuvieras profundamente dormida, el pelinegro hizo un pequeño patrullaje por los alrededores para ver qué todo estuviera en orden. En ese momento vio la luna llena, resplandeciendo con intensidad sobre él y sin poder evitarlo los recuerdos le llevaron al pasado, hacia aquella sonrisa que amaba.

La última mirada que habían compartido seguía fuertemente aferrada a su corazón a pesar de que sabía que era la despedida, pensar en si aún la amaba no era sencillo pues si alguien se lo preguntara directamente él estaría seguro de su respuesta, siempre la amaría. Sin embargo, justo en este momento sentía estar traicionando ese sentimiento pues desde que te había visto no dejaba de pensar como se sentiría el poder jugar con tu cabello en sus dedos, quería que esté le quemará y le hiciera sentir algo más que nostalgia.

Le dirigió una última mirada a la luna, estaba seguro de que esto era obra suya pero de algún modo ya no se sentía con fuerza de ir contra su destino, después de todo él solo le debía lealtad a una persona y ella le había dicho que deseaba que encontrará su felicidad ¿Pero realmente podría hacerlo?

Esa noche despertaste en medio de un grito pues lo vivido hace tan solo unas horas seguía atormentando tu mente, estabas agitada y tardaste unos segundos en asimilar donde estabas, el pelinegro se había acercado a ver tu estado pero no sé atrevió a tocarte, te sentaste abrazando tus rodillas intentando calmarte mientras tanto Dabi atizó el fuego y comenzó a calentar agua para preparar algo, poco después te ofreció lo que había hecho.

—Bebelo— hablo el pelinegro mientras te tendía aquella bebida caliente —ayuda con las pesadillas— noto tu renuencia y aclaró —es solo té, te ayudará a dormir— dudaste pero terminaste por aceptarlo, el calor inundó tu cuerpo mientras poco a poco volvías a ceder al sueño.

Dabi te observo mientras nuevamente sus recuerdos le hacían traicionar a su corazón pues recordaba claramente la última vez que preparo aquella bebida, aprendió a hacerla en la tierra de sus abuelos para ayudar a su madre a dormir sin saber lo útil que le sería en el futuro. Él rara vez tenía pesadillas a pesar de su pasado pero aún así por algún extraño motivo siempre cargaba las hierbas necesarias para preparar dicho té, era una especie de anhelo de volver a aquellas noches que paso cuidando a la mujer que amaba.

Entonces su mirada se posó sobre ti, dormías plácidamente y eso de algún modo removió algo dentro de él. Sabía que debía dejar de ir el pasado, lo sabía mejor que nadie pero el solo hecho de pensarlo le desgarraba el corazón no entendía como los dioses esperaban que olvidará los sentimientos que tuvo desde adolescente y que habían sido tan intensos que por un momento pensó en ser egoísta y llevarla con él aún en contra de su voluntad. Entendía que no había ningún futuro en aquel sentir pero la idea de olvidarlo era demasiado abrumadora. Suspiro mientras maldecía por dentro pues de nada servía que él le diera vueltas al asunto, aún si sus sentimientos cambiasen era obvio que lo único que sentías por él era miedo.

Siempre detrás de ti [Dabi y tú] PAUSADA "Saga De La Madre Luna"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora