Capitulo 5

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Dabi se giro a verte confundido por tu disculpa por lo que te explicaste rápidamente.

—Lamento la forma en la que me comporte ayer— dijiste mientras mirabas el suelo —se que debes protegerme pero era la primera vez que veía... a alguien morir—

—Me temo que no será la última vez que lo veas, después de todo si me pidieron que te protegiera y ocultara es por algo— respondió —no indagare en algo que sinceramente no me interesa pero estoy seguro de que habrá más sangre en tu camino— pusiste una expresión de angustia al escucharlo por lo que él rápidamen te sintió la necesidad de ayudarte de algún modo —pero por el momento estás bajo el cuidado del mejor, te aseguro que haré lo posible por evitar muertes innecesarias— esa promesa de algún modo te dio un poco de tranquilidad.

Entonces uno de los oseznos se acerco de nuevo al pelinegro buscando otra llama la cual no tardó en recibir y devoró gustoso. Dabi acaricio al pequeño antes de que esté se alejara con su madre y hermano para desaparecer en la espesura del bosque.

—Debemos movernos— Dabi comenzó a recoger su pequeño campamento —estoy seguro de que la madre se marchó por qué percibió algo, busquemos un lugar menos expuesto— asentiste y le ayudaste a recoger todo lo que los osos habían tirado mientras inspeccionaban —hay que darnos prisa— aquellos ojos azules parecían divisar algo en la lejanía, con un rápido movimiento envolvió todo en una manta y te hizo señas de que lo siguieras.

En cuestión de segundos desaparecieron entre aquellos frondosos árboles, caminaron sin detenerse hasta llegar al inicio de una montaña, entonces te obligó a ocultarte entre la vegetación mientras señalaba el lugar donde antes habia estado su campamento, desde la altura en la que se encontraban vistes con claridad a un grupo de hombres que inspeccionaban el área.

—Cazadores— susurro el pelinegro, lo miraste con pánico y él asintió confirmando lo que temías, estaban ahí por los osos.

—No podemos dejar que los encuentren— le susurraste preocupada.

—¿Quieres que intervenga?— sabías lo que eso significaba así que dudaste en responder, si decías que si prácticamente estarías firmando la sentencia de muerte de aquellos hombres pero si te negabas las majestuosas creaturas que acababas de conocer encontrarían su fin. De pronto uno de los hombres grito, habían encontrado el rastro de los osos.

—Salvalos— murmuraste sin atreverte a verlo. En cuestión de segundos te habías quedado sola.

El cuerpo de Dabi se movió por si solo al escucharte, como si tu palabra fuera una orden que él no podía rechazar. No tardó en darle alcance al grupo pues no eran nada cuidadosos al ocultar su presencia pues probablemente buscaban enfurecer a la madre para robar a los cachorros. Debía tener cuidado pues alguno de ellos seguramente tenía un regalo poderoso como para enfrentar a aquellas bestias de leyenda.

Llegó justo a tiempo, la madre se adelantó a sus crías dispuesta a defenderlas ignorando que estaba siendo rodeada. Pero antes de que los hombres pudieran atacar un destello azul se interpuso entre ellos y su presa. Las manos de Dabi creaban poderosas llamas del color de su mirada, su presencia era tan imponente que hizo retroceder a la mayoría.

—¡Es... Es el demonio de ojos azules!— grito uno de los hombres antes de caer de espaldas y empezar a correr, esto inmediatamente atemorizo a los demás pues para ese punto cualquiera que se codeara con el bajo mundo conocía su reputación.

—Son mios— la voz del pelinegro era amenazante y al no saber si se refería a los osos o a ellos la mayoría de los hombres comenzó a correr siguiendo a su compañero del que ya no había rastro. Solo uno quedó y aún que se veía el miedo que sentía no huyó.

Siempre detrás de ti [Dabi y tú] PAUSADA "Saga De La Madre Luna"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora