Freen siguió amándola hasta que Becky alcanzó su cuarto orgasmo de la noche. La pequeña se había encargado de haberla recorrido toda y de que no quedara centímetro de su piel sin reclamar como propio. Pero, ahora, en un tiempo de descanso, la pequeña estaba sorprendida por lo que Becky le estaba diciendo.
— ¿Nunca, nunca?— preguntó, incrédula y mirando a la pelinegra que descansaba en su pecho. Becky todavía agitada y con los ojos cerrados, agitó la cabeza para mirar. — ¿Nunca más de un... nunca más de uno? —hizo la pregunta completa y volvió a tener la misma respuesta. — ¿Estás se...?
— Freen... — Becky no quería escuchar más la misma pregunta— Bésame, por favor —pidió
Se fundieron en un abrazo de piel ardiente, muslos entrelazados, bocas sedientas y con los ojos cerrados y manos sin vergüenza. Becky deslizó su propia mano entre sus cuerpos y sorprendió a la pequeña al sujetarle el miembro. Freen se arqueó y gimió como si la hubieran herido de muerte. Su pene creció en la mano de Becky mientras el beso se profundizaba y los dedos de Freen separaban los labios de la vagina para hurgarla. No hallaban la saciedad, no existía fin.
— Quiero ponerme sobre ti— le dijo la ex castaña.
Freen sonrió.
— Puedes hacer conmigo lo que quieras— le dijo entregada.
Con mucho esfuerzo, se levantó del sillón y buscó otro condón; agradeciendo haber estado preparada para esa noche. Volvió a Freen y le colocó el preservativo bajo su atenta e intensa mirada. Cuando se acomodó, volvió a sentirse nerviosa por el tamaño de la chica.
— Ayúdame— le dijo suavemente a la pequeña y esta no dudó en seguir su indicación.
La ayudó a acomodarse y a deslizarse sobre su pene duro y caliente hasta que el cuerpo de Becky lo tragó por completo, el rostro de Becky pasó del dolor al placer en milésimas de segundos. Poco a poco, Becky se iba meciendo sobre Freen e iba encontrando el vaivén correcto.
Por su parte, Freen no atinaba a nada, se limitaba a admirar a la mujer que estaba sobre ella. Con sus pechos resaltando, le recordaba más que nunca al dibujo que había hecho sobre la pared de la oficina. Su Becky. Su amor. Su autoritaria y dulce mujer sin vello, pelinegra y de ojos color marron. Su dama. Ella nunca había estado en los planes de Freen, pero solo tuvo que abrir una puerta para encontrársela. En verdad la pequeña nunca había buscado enamorarse, pero Becky le provocaba una clase de pasión que jamás había sentido, ni siquiera con sus dibujos. Sin duda su vida había cambiado y ya no la podía pensar sin Becky en ella. El sentimiento que salía de Freen, el amor que sentía por la mujer que estaba moviéndose constantemente sobre ella la emocionó. La pequeña se incorporó para quedar frente a ella. Becky se acomodó y la recibió en su nueva postura.
—Mírame, por favor— le pidió la pequeña a Becky. Por unos instantes se contemplaron en silencio. — Eres lo más lindo que he visto en mi vida — le dijo, sincerándose.
— Tú eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. Hiciste que naciera de nuevo, que volviera a recuperar a esa Becky que perdí y tanto quería que volviera— confesó.
El placer las sorprendió con los labios unidos y ambas gimieron en la boca de la otra hasta que se desarmaron sobre el sofá. Se quedaron quietas mientras recuperaban el aliento. Para malestar de la pequeña, Becky salió de ella y bajó del sillón para después caminar hasta la pared pintada por Freen. La pequeña se incorporó sobre sus codos para contemplar a la ex castaña.
— Adoro lo que hiciste— le dijo desde su lugar. Podría pasarme horas mirándola la pared era una pintura en sí misma.
La pelinegra se perdió en los detalles hasta que sintió como Freen la abrazaba por detrás. El pene de Chaeyoung se coló entre sus nalgas haciendo que Becky se mordiera sus labios, estaba cansada pero el deseo nunca cesaba.— Este es el primer día feliz de mi vida. Y es gracias a ti— la voz de la pequeña hizo que un escalofrió la recorriera de punta a punta. Pero no era una mala sensación, al contrario; era una sensación de placer.
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NO SOY PARA TI - FREENBECKY [ Editando]
FanfictionRebecca, una máster en negocios, está acostumbrada a tener todo y a todos bajo su control junto a su socia y mejor amiga: Looknam. Con un chasquido de dedos, Rebecca consigue todo lo que quiere. Sin embargo, su vida comenzará a cambiar cuando tenga...