4. Hospital

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Mar Pov's




Otro día en el hospital y lo bueno es que ahora no habían tanto trabajo a pesar de que era de noche.

Solo lo usual.

Estaba en el mostrador junto a las enfermeras llenando un informe de un señor que ya estaba por retirarse.

—Hola, necesito ayuda — escucho una voz familiar.

Miro de reojo, regreso mi mirada al  informe y vuelvo a mirar.

Era Roier.

—Roier — menciono mientras me acercó a él.

Una enfermera ya lo estaba ayudando.

—¿Mar?, ¿Qué... ¡Ah! — suelta un quejido cuando tocó su mano.

—Te lesionaste — él asiente — ¿Cómo?

—Estaba ayudando a mi mamá con unos sacos de tierra y creo que agarre uno mal.

—Entonces no es tan grave, haganle una radiografía a su mano — pido a la enferma frente a mi — Tengo que entregar un informe de salida, pero apenas termine vengo a verte.

—Gracias — me sonríe y imitó su acción.








[...]









Revisaba las radiografías y me sentía más tranquila.

No había fractura solo había sido un mal movimiento y eso había provocado una inflamación.

—Hola — saludo al castaño — ¿Cómo te sientes?

—Ya no duele tanto — contesta.

Tomo un banco que está cerca y me siento.

—Bueno, Sebastián — menciono leyendo su nombre real en el informe que habían hecho — No tienes una fractura, solo tendrás que usar una férula por unas semanas por la inflamación.

Veo como su rostro se tranquiliza.

—No podrás hacer muchos movimientos — informo — Lo bueno es que es tu mano izquierda, pero ya sabes, nada de fuerza.

En eso llega la enfermera con la férula.

—Gracias — le agradezco a la chica — ¿Puedes traerme el informe para darle de alta? — ella asiente y sonrió.

Me levantó y me acercó al chico, tomó su mano con cuidado y le colocó la férula.

—Listo.

—Gracias, Mar.

—No hay problema, es mi trabajo.

—¿A qué hora sales de tu turno? — pregunta.

Miro el reloj en mi mano.

—Hace media hora salí, pero me quedé para atenderte personalmente — comento.

—Yo... Lo lamento, debiste de haberte ido — niego.

—Para nada, prefiero ser yo quien te cuida — niego con una sonrisa — Perdón, eso sonó raro.

—No, no, me parece tierno.

Sonrió.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? — pregunto.

—Por favor, vine en taxi.

Rio levemente.

—Llenare tu informe y vendré a verte para irnos, ¿Si?

Él asiente y me retiro.








[...]








Roier Pov's



—Gracias por traerme, Mar.

—No hay de que — le sonrió — No olvides, ten cuidado con esa mano — él asiente.

Estoy apunto de preguntarle algo, pero me retengo...

—Bueno, mejor te dejo, hiciste suficiente por mi hoy.

—Un placer rey del mundo — río por el apodo que quedó de ese día — Nos vemos.

—Adios.

Ella se coloca el casco y enciende su transporte para luego irse.

Entro a mi departamento y me maldigo a mi mismo por no haberle pedido una cita a aquella chica castaña.

Pero es que no sabía mucho, tal vez y tenía novio o no era fan del sexo masculino, no sabía mucho de ella, pero conocía a alguien que si...

Tomo mi celular y le marco a aquella persona que es más cercana a Mar que cualquiera.

—Hola, Ro — escucho a Vivi.

—Hola Vivi.

—Cuentame, ¿Para qué soy buena?

—Vivi... — me quedo en silencio un rato — ¿Mar tiene novio?

—¿Por qué? — escucho su voz de sorprendida — ¡No puede ser, te gusta, Mar!

Río con nervios, mientras escucho la emoción en la voz de mi amiga.

—Si, puede ser — menciono.

—No, Mar, no tiene novio, ¿La vas a invitar a salir?

—Si, de hecho...

—No lo puedo creer — me interrumpe Vivi — Eso es muy bueno, Ro, ella casi nunca sale y por eso siempre la intento integrar al grupo, solo pasa estudiando, ella... — se queda callada — Si, mamá, hablamos luego, adiós, te quiero.

Cuelga.

¿Qué fue eso?






[...]







Había pasado más de una hora con el número de Mar para marcar la llamada, pero los nervios me invadian demasiado, quería hacer esto bien.

Simplemente presiono el botón y tapo mi cara con una almohada.

—Hola — escucho.

Quito la almohada y me apresuró a tomar el celular.

—Mar, hola.

—¿Cómo estás?, ¿Tienes algún problema? — pregunta.

—No en realidad quería preguntarte algo.

—Si, dime.

—Oye — hago una pausa — Quería preguntarte si... ¿Quisieras salir conmigo?, A lo que tú quieras o podemos pensar o puede ser sorpresa, me gustaria mucho que tengamos una cita y yo...

—Roier — detiene mi peticion — Respira un poco — menciona con diversión — Si, me gustaría mucho, pero está semana no puedo.

—Sera el día que tú puedas — aclaró y la escucho reír.

—Esta bien, gracias por la invitación.

—Es un gusto para mí.

—Voy a cenar con Vivi, Adiós, Roier.

—Adios, Mar.

Cortó la llamada y empiezo a celebrar en mi habitación.

Ahora tengo que planear una cita.

Chica Ordinaria || RoierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora