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Sus manos están llenas de sangre, sangre de lo que más amaba.
Todo se había convertido en un caso de la noche a la mañana.
Mientras más sonreía más doloroso se hacía.
>. Era lo que más pasaba por su mente.
>.
Una luz en aquella habitación se ence...
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Estábamos en el auto de la compañía en camino hasta las afueras de White's dónde visitaremos a la pieza más importante en este rompecabezas.
Miraba entre mis dedos aquella tarjeta de color blanco crema dónde estaba dibujado en tinta negra aquella cruz tan singular y debajo de ella descansaban las iniciales; O.V.P.
— Organización vengador de pecadores — respondió la de cabellera canosa al darme la carta.
— ¿Está segura que nos dará toda la información sin mentiras? — miraba detalladamente su lenguaje corporal. No podía caer en una trampa ahora.
— Créanme, ese hombre les dirá todo lo que pidan. Desde hace tiempo espera este momento — declaró firme.
— ¿Por qué antes no nos contaron de esto? — la voz de Jordan el cual se había callado todo este tiempo se escuchó por toda la iglesia.
— Lo que les estoy diciendo ahora es confidencial. El líder no nos deja sacar ningún secreto de la iglesia — miraba hacia todos lados con cierto temor.
— ¿Entonces X tiene relación con la iglesia? — la mujer solo asíntio con la cabeza cabizbaja.
— Tranquila no diremos nada — tranquilizó Jordan para luego tomar la dirección de dicho hombre que le escribió en un papel la anciana. Nos fuimos de ahí.
Desde que salimos de aquella iglesia mi corazón no dejaba de latir pero en vez de ser por felicidad o emoción, era más por rabia y odio.
Cada vez me sentía más y más cerca del paradero de aquel hombre. Cada vez podía sentir más y más como si casi lo tomara del cuello y le borraba aquella sonrisa de diversión.
Yo sería la que me divertiría ahora.
Yo sería la única en reír al ver su dolor, al ver su sufrimiento, al ver su expresión de súplica.
Yo sería quien ganaría está vez en su juego.
— Nash — la voz de Jordan me devolvió a la realidad. Pude apreciar su rostro de preocupación. Suspiré pesadamente.
— Estoy bien Jordan. Solo estoy pensando en lo que podría preguntar — mentí dedicándole solo una sonrisa torcida que parecía más una mueca. Jordan asíntio no muy convencido mientras retiraba una de sus manos del volante y la apoyaba en mi rodilla apretándola ligeramente.
— Trata de relajarte, ¿Si? — fijó por un segundo sus ojos en mi para luego volverlos a colocar sobre la carretera.
— Trataré — sabía que no descansaria hasta encontrar a X pero para no preocuparlo más de lo que estaba preferí mentirle un poco.
El silencio del auto fue pacifico lejos de ser incómodo como las primeras veces. Jordan iba tarareando alguna que otra canción mientras yo solo me concentraba en descansar un poco.
