Era un hermoso día, el sol alumbrando, respirar aquel aire de montaña, escuchar a los pájaros cantar y poder disfrutar de la paz. Una que después de mucho habían conseguido. Sentía felicidad de estar junto a sus amigos, ¿saben? Después de haber vivido una vida muy patética y sin sentido alguno, para que de un día para otro se adentrase a un mundo de demonios, luchar y tener que sobrevivir. Por alguna razón después de aquello había pensado que el vacío volvería a su vida, sin embargo eso no ocurrió. Zenitsu experimentaba lo que podría identificar como alegría, una que no parecía que se esfumaría y con ello podía conformarse.
No podía pedir más ¿Verdad? Aquello sería muy codicioso de su parte. Viviendo en una casa en las montañas, junto a las personas que apreciaba. Sentía pertenecer a una pequeña familia. Pero a pesar de eso, no podía evitarlo. Todos podían creer que aquello era un capricho, simplemente porque deseaba. Sin embargo seguía perdidamente enamorado de Nezuko la hermana menor de su gran amigo. Debía de admitirlo, era la primera vez en su vida que conocía a una chica la cual no se preocupara por joyas o dinero. Para un chico de ciudad que toda su vida había convivido con esa clase de gente. Conocer a aquella chica, después de haber logrado convertirse en humano. Escuchar su voz y notar su alegre personalidad. No podía negarlo tenía un encanto similar al de Tanjiro. Podía escuchar su sonido y ello aceleraba su corazón sin dudarlo.
No quería arruinar aquella paz que existía después de la guerra, nunca había sido de los chicos que se acobardaban al querer confesar sus deseos a alguna chica. Tal vez en algún punto lo era, sin embargo no llegamos al punto de aquellos pensamientos. Zenitsu quería llegar a algo más con la hermosa dama. Sentía su corazón quebrarse cada vez que pasaba tiempo con Inosuke, o simplemente al pensar que sus sentimientos eran en vanos. Era justificable la verdad, estar con alguien que te estaba diciendo a cada segundo sus deseos de contraer matrimonio no era lo más cómodo. Por eso aquel rubio había reducido sus confesiones, simplemente no hablaba sobre ello. Pero quería su atención, sentir que al menos tenían un vinculo, saber que a pesar de no estar casado con alguien podría experimentar el cariño. No un cariño de hermandad sino otro tipo.
Había conversado con Tanjiro y este deseando lo mejor para su hermana había tratado de darle consejos, uno de estos llegó a ser importante, «Zenitsu, empieza poco a poco, todo tiene un tiempo, a pasos pequeños.» Recordó las palabras de aquel chico que podía ver de algún modo como su hermano mayor, no podía evitarlo. No por algo muchos chicos miembros de la ya disuelta organización de cazadores de demonios habían llegado a llamarle "mamá". Algo que impresionaba a Zenitsu era el hecho de que el de cicatriz no le fastidiara o le odiara por tener aquellos sentimientos por la chica. Aún así Tanjiro no le iba a dejar casarse con Nezuku por el momento al menos debía ver si podían a llegar a tener una buena relación. Con esto en mente el rubio había invitado a la hermosa Nezuko a caminar por el bosque, nada más. Quería conversar un poco más, decidió hacer caso a aquel consejo. Tal vez debía calmarse un poco, vivir y disfrutar algunas experiencias con aquella chica de belleza sin igual.
Así que allí estaba caminando al lado de ella. No había nacido en un panorama como ese. Sin embargo al ir a un lugar similar para entrenar, su aprecio por los lugares alejados de las ciudades grandes aumento considerablemente. Tampoco es como si pudiese cambiar ese anhelo de querer estar en ese momento comprometido con la chica. Pero si no lo hacía nunca podría hacerlo.
— Zenitsu, ¿puedes ver esas flores? — La voz de aquella hermosa mujer hizo que saliera de sus pensamientos. No sabía porque estaba tan nervioso, si no era la primera vez que hablaban. Nezuko señalaba algunas flores de color amarillas, aunque también habían algunas de un color rosado claro.
Tal vez estaba exagerando o algo así, pero cuando ella lo tomó de la mano para acercarse al borde del camino y explicarle que a veces recogía esas flores con sus hermanos menores para hacer coronas. Sintió que sus piernas dejaban de funcionar y en cualquier momento se desmayaría. Era la primera vez que una chica por deseo propio tomaba su mano. Siguió torpemente a la muchacha. Y aquel momento en el cual sólo conversaban se sintió tan hermoso. Si Tanjiro se refería a lentitud, pasar más tiempo con Nezuko y sentir lo mismo cada vez que hicieran algo juntos. Zenitsu podría hacerlo eternamente.
Nezuko le sonrió colocándole una pequeña corona de flores en la cabeza, acto seguido el rubio sintiendo su corazón bombear a toda velocidad le colocó una un poco deforme, ella no la rechazó, ahora los dos tenían dos hermosas coronas de flores.
Disfrutar el momento y reir, era mucho mejor que pedirle matrimonio, sólo para asegurarse que no lo deje. Era mucho más cómodo para ambos. Nadie le podría quitar la sonrisa a Zenitsu. Comenzaron a hablar sobre lo lindas que eran las flores, hasta llegaron al punto de dialogar sobre el mismo Tanjiro.
Poco a poco una pequeña sensación de paz comenzó a crecer en su interior hasta cubrirlo por completo.
Estar con Nezuko le daba paz.
Con mucho amor Cielitolindo231.
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Kimetsu no Yaiba Historias Cortas
FanfictionLa verdad no sé muy bien como describir esto. Simplemente son One Shots (sobre personajes y también parejas BL), sobre situaciones dentro y fuera del canon. Cuando publique un One Shot dejaré una sinopsis corta del One Shot en el capítulo "Sumario"...