—Esta imagen salió muy bonita.— DoYoung estaba sonriendo, y JaeHyun se contagió de eso en el momento. Había algo que se le hacía adorable.
Era una noche donde los dos quisieron salir a comer en un nuevo bar que se inauguró, en la misma zona a donde todos los estudiantes de universidad solían ir. Junto al pelinegro no tenía que pensar en más cosas, su compañía lo ayudaba y de paso, lo hacía feliz. No había que pensar en otros problemas.
Sin embargo, un pequeño cargo de consciencia le llegó en el momento que veía como su amigo subía la foto a Twitter. Él sabía que habían pasado solo dos semanas de terminar con su ex, y eventualmente había noches que lo extrañaba. Pero también era imposible negar que la cercanía con DoYoung lo tenía confundido, y que ya habían veces donde se tomaban de las manos o que casi terminaban por besarse. Y esas veces, él se puso un alto al tratar de no arruinar las cosas.
Aunque pensándolo bien no le debía nada a nadie, y se supone que en líneas generales no estaba haciendo nada malo. Pero se sentía mal.
Esa misma noche cuando se despidió de él, al momento en que quedó solo en el uber directo a su casa, revisó una y otra vez el perfil de JungWoo queriendo ver si había algo, una pequeña señal que le dijera si estaba bien o mal. No tenía las agallas para mandarle un mensaje, porque a veces temía por arruinar su día si le llegaba a escribir. Lo cierto es que él escribía y borraba mensajes en el mismo chat que mantuvo con el menor.
¿Podía sentirse más idiota? Hace un momento estaba de lo más cariñoso con DoYoung y ahora no podía dejar de pensar en que quería compartir un tazón de leche y Oreos con JungWoo, o dormir abrazado a él. De repente sólo podía recordar las primeras noches en las que se quedaba en su casa, y tanta nostalgia le hizo perderse en su mundo, hasta había perdido donde andaba, y entonces el conductor del auto lo sacó de sus pensamientos al avisar que ya podía bajar. Después de pagar, se bajó y encaminó con toda pesadez a su hogar. Que suerte que sus padres hayan decidido mudarse de ciudad, era una noticia que al menos lo ponía un poco de buenas.
Ese pequeño subidón de energía le hizo sacar el celular de nuevo, queriendo decirle a alguien la nueva noticia. Y fue bastante triste que lo primero que había abierto era el chat fijado que tenía con su ex.
—¿Estaría bien si…?— Estando algo ebrio y desinhibido, tecleó en la pantalla pero se detuvo antes de mandarlo. En cambio, salió de la aplicación y entró en otra.
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—Creo que mejor no….
Esa noche dejó el celular de lado, y tras una ducha se fue a dormir. Fue optimista al pensar que el tiempo lo curaría todo y pasaría todo muy rápido, JungWoo se olvidaría de él y jamás le volvería a hacer daño.
En ese momento su celular vibró.
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