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-SH-

— ¿Se puede saber porque estamos en una universidad que no es la tuya? —. Le pregunte a Min.

Aún seguía recostado en el asiento del copiloto y tuve que mover mi cabeza para mirar el perfil de Min.

Ayer por la noche me llamaron por una sesión de emergencia y no tuve tiempo de tomar una siesta porque saliendo de la sesión tenía que ir a otras pruebas de maquillaje y vestuario de mi estilista.

Iba en mi auto cuando me encontré a Min en una parada de autobús, la verdad no se me hacía raro ya que me había dicho que se le descompuso su auto y en lo que lo arreglaban iba a tomar el transporte público, sus padres le ofrecieron llevarla a todos lados o pagar ellos por el auto, la respuesta de Min fue evidente.

Me ofrecí a llevarla a su casa y ahí mismo dormir un rato. Pero Min vio lo cansado que estaba y se ofreció que mejor ella manejara y que yo estuviera de copiloto para dormir un rato, como yo realmente quería descansar, acepte. En cuanto toque el asiento me quede dormido.

Lo que me despertó fueron los rayos de luz que estaban en mi hermosa cara y los ruidos de voces. Abrí lentamente los ojos y pude ver que estábamos en un lugar al aire libre, alce mi cabeza para mirar mejor a mí alrededor y note que estábamos en una universidad.

Pero como en esos momentos aun estaba adormilado no lo asimile y me volví a recostar en el asiento, hasta que cerré los ojos recordé que esa no era la universidad de Min.

Al no escuchar una respuesta de ella le volví a preguntar.

—Min, ¿Dónde estamos?

Y me senté para mirarla de cerca.

Ella evitando mí mirada rápido agarro su bolso y abrió la puerta del piloto.

—Perdón, es que hace tiempo que no lo veo y de casualidad vi que necesitaba ayuda y pues yo estoy libre así que te traje hasta aquí, pero no te preocupes no te voy a dejar solo—. Terminando de decir eso corrió dejando la puerta de mi auto abierta.

¿Qué había dicho?

Me dejo aquí abandonado por irse a ver a ese tipo de ojos claros, había soportado su enamoramiento hasta ahora pero dejarme solo en donde no conozco a nadie si había llegado lejos. Yo realmente quería descansar.

Aún tenía mucho sueño.

Me volví a recostar en el asiento pero ahora miraba en dirección a la puerta que dejo abierta Min. No tenía ni la más mínima intención de pararme e irla a cerrar.

En eso veo un grupo de chicos con material y papeles en sus brazos acercarse. Pero dos siluetas se me hacían familiares.

Hasta que se acercaron un poco más me percaté de que conocía sus voces, eran Logan y la chica castaña de la pista.

Logan fue el primero en percatarse de mí ya que agarro de la mano a la castaña y fueron hacia donde yo estaba.

—Amigo mío, que casualidad encontrarte por aquí—. Empezó a decir Logan.

—Realmente es una casualidad, tu ni siquiera sales de la cafetería de tu facultad—. Murmuro la castaña soltándose del agarre de Logan.

Ok. ¿Qué hacían esos dos aquí?

Estaba confundido.

—Oye, pero al menos ya no vas a estar sola. Él te va hacer compañía—. Dijo apuntándome con su cabeza antes de dejarnos a la castaña y a mi solos.

Ya entendí, Min había enviado a Logan para que estuviera conmigo y no me sintiera abandonado.

Después de que Logan se fuera hubo varios minutos de silencio con la castaña mirando la puerta abierta de mi auto.

SnowflakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora