*Capítulo 6. Lo positivo en medio de lo malo

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Recuerdo que cuando era pequeña planeaba la boda de mis muñecas y luego hacía que alguno de ellos dijera que no quería casarse o que algún otro juguete interrumpiera, ya saben, ese momento en el que el cura pregunta si hay alguien que se oponga a esa unión. Pues mis juguetes siempre tenían algún contratiempo a la hora de casarse.

Es solo un reflejo de la gran ilusión que me hacía presenciar esa situación en vivo y, si lo vemos desde un punto de vista más actual, sería una señal de las pocas ganas de contraer matrimonio en algún momento de mi vida.

Lo que nunca pensé es que ese deseo infantil de estar en una "no boda" se hiciera real. Llevamos más de dos horas esperando, estoy a punto de quemarme (yo no debería estar en una iglesia, todo el mundo lo sabe) y el novio nada que llega.

Hace más de una hora perdí la cuenta de las llamadas que les han hecho al novio —si es que se le puede seguir llamando de esa manera— entre la novia, sus padres, los padres del novio (porque ni siquiera tuvo la decencia de decirle a sus padre que no iba a aparecer en la ceremonia) e incluso Cassian y su padre.

Al asumir que no daría señales de vida, los padres del chico se disculparon en su nombre y se retiraron, mientras, el resto volvimos al hotel.

—¿Qué tal la noche, picarona? —pregunta Logan, es el primer momento que tenemos para hablar desde que nos separamos.

La noche... Mi mente viaja hasta el restaurante en el que estaba con Cassian anoche, después de comer pedimos postre (también recomendado por él) y me contó la historia. Luego bailamos un par de canciones, aprovechando la pista de baile y la música en vivo del restaurante. Fue un momento que no puedo describir con otra palabra que no sea "mágico", me sentía en medio de nubes, danzando al son de las notas musicales, tomada de la mano de un gran guía. Amo bailar y hacerlo con Cassian ha sido una experiencia única.

Lástima que el momento se vio arruinado por una llamada que llegó a su celular, pidiendo su presencia con urgencia en el hotel, así que ambos tuvimos que volver. Ni siquiera tuve oportunidad de ofrecer pagar mi parte, porque nos hemos ido y Cassian se limitó a decir que la cena ya estaba pagada.

Volví a la habitación, porque mi cuerpo me impulsaba hacia él, y no quería molestar más. Ya habíamos pasado suficiente tiempo juntos como para continuar buscándolo.

No fue nada de eso lo que le conté a Logan, a mi amigo solo le dije que había estado bien, que estuvimos dando algunas vueltas por el hotel, viendo espectáculos programados para esas horas y que subí a la habitación temprano porque tenía sueño y sabía que tendría que levantarme temprano al día siguiente.

Solo me creyó porque tengo mejor aspecto que la novia y es que ella apenas durmió, al parecer, se fueron a dormir a las cuatro de la mañana.

—Me huele a algo más que amistad.

—No, no, no —niego en rotundo—. No estoy buscando una pareja ahora, Logan, mucho menos la primera persona que se me atraviese en frente.

Logan solo me dedica una risa burlona.

El camino al hotel no dura más de treinta minutos, Débora ha solicitado la presencia de todos en el salón de eventos, donde estuvimos anoche.

—Como todos sabrán, mi prometido no ha aparecido hoy en la iglesia, así que no hubo boda —dijo, haciendo que las personas comenzaran a comentar y hablar entre ellas—. Sin embargo, no vamos a dejar que esta situación nos afecte, disfrutaremos de la fiesta como si nada hubiese pasado, lo tomaremos como una oportunidad de conocer personas y vivir el momento. ¿Estamos?

Se escuchó un "sí" al unísono. Me recordó a cuando estaba en clases y la profesora hacía una pregunta.

—Bien, nos vemos en un par de horas en el salón de fiestas para comenzar.

¿Jugamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora