Capítulo 9 - Conociendo a él y a Dios

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Ya sé, se suena horrible. ¿Como voy a la iglesia a ver a él y no a conocer a Dios? Te prometo que al principio, no tenía la intención de enamorarme, pero ya me estoy dejando llevar...Fue un típico jueves después de la escuela en abril. Bajé del carro y entré en la oficina de la parroquia. Cuando entré, vi a la directora, a otra señora y a él sentados en la entrada. Me senté enfrente de él en una silla y me quedé muy tímida. Además, era la primera vez que lo veía a él y él me veía a mí sin máscara (se veía más guapo, pero eso no fue lo importante). Un poco después, llegó otro chico que era muy alto y parecía de la misma edad que él. Cuando llegó, todos subimos a una habitación que parecía normal, como una casa. Ya fue la segunda vez que regresé a esta casita. La directora se fue, y me quedé sola con la otra señora y los dos chicos. Empezamos con la Biblia. ¡Ay! Qué vergüenza que nunca había abierto una Biblia, pero supongo que por eso vine, ¿verdad? La señora se presentó y dijo que se llamaba Sonia. 

Sí, me acuerdo de ella, la que tuvo una enfermedad similar a la de mi mamá. 

Yo, él y el otro chico también nos presentamos. Cuando leímos la Biblia, me quedé pensativa. No sabía cuántos milagros había en solo una página, y también lo entendí muy bien. Leí sobre los primeros hijos de Dios, Adán y Eva. Lo curioso fue que, sin quererlo o tal vez a propósito, noté muchas cosas que simbolizaban la Santísima Trinidad. Cuando terminamos, mi mamá me mandó un mensaje diciendo que llegaría un poco tarde a recogerme. Así que me quedé un rato más y la directora volvió para platicar con nosotros. Aprendí mucho de la señora y de él. Noté que él es alguien bastante engreído. Le encanta hacer cosas extravagantes y hacer ejercicio. Me fui de ese lugar reflexionando sobre las coincidencias del amor.

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