#6 : Kai

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Huening Kai

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Huening Kai. 17 de septiembre, 2022. Seúl, Corea del Sur.

—¿Me dejas subir esta foto? —de alguna forma el azabache había acabado acostado en la cama de Heeseung

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—¿Me dejas subir esta foto? —de alguna forma el azabache había acabado acostado en la cama de Heeseung.

Y es que no pudo evitar invadir la habitación de su contrario en cuanto lo vio vestido porque parecía sacada de una imagen de Pinterest y, aunque le provocaba celos positivos, se le hacía bastante acogedora. De hecho, Kai estaba seguro de que sí entraba a aquella aplicación roja con blanco, le aparecerían miles de derivados del cuarto de mayor.

Quizás sus paredes no eran blancas, pero cuatro de ellas habían sido pintadas por un verde tierra ligero y un tono de amarillo pastoso tan claro que casi podía ser confundido con el color de un mapa vintage. Tenía un teclado en una esquina y alrededor, al menos dos de sus paredes, traía colgados posters de bands extranjeras y vinilos que probablemente sólo eran decoración, así como había una guitarra junto a la ventana en una especie de soporte de madera. Sus cortinas eran marrones, volviendo la habitación oscura sin la luz del foco, el cual no prendía, porque prefería usar lámparas que invadían la habitación con un tono tenue de dorado que asemejaba al resplandor del amanecer. Sus dos paredes restantes las cargaba decoradas de estantes de madera con algunos libros, películas y tomos de manga, así como también una que otra planta falsa para contribuir a la estética. Poseía cómodas y estantes y mesitas de noches que estaban algo desordenadas con botellas vacías, envolturas de snacks, colillas de cigarrillo y hojas arrugadas, menos el dónde se encontraba su colección de Toy Story —bajo de este se encontraba un espacio donde escondía un tocadiscos que, según le dijo, pertenecía a su padre— y su escritorio, lo cual era irónico porque se suponía que allí debía trabajar.

El único elemento de su habitación que no era realmente la gran cosa era su cama. El canapé era de madera oscura, el colchón era suave y las sábanas eran grises. No poseía una gran diversidad de almohadas y cojines; sólo dos almohadas, una gris y una verde, y un peluche de oso que estaba colocado en medio.

Y el que actualmente Huening se encontraba abrazando mientras Lee se colocaba los zapatos.

El azabache seguía analizando su habitación y seguía envidiando la capacidad de Lee para ser más ordenado y funcional que él. Huening había intentado darle una estética similar a su guaridas y terminó en un desastre por cada vez que lo intentaba debido a su incapacidad de realizar tareas del hogar sencillas de forma continua y su cabeza olvidadiza a la hora de dejar las cosas en su lugar, al punto que dejó de hacerlo por completo. Ahora sólo envidiaba a los demás y sus bonitas habitaciones.

what in the meeff? | heekai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora