#8 : Heeseung

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ya saben, después corrijo todo.

ya saben, después corrijo todo

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Lee Heeseung. 08 de octubre, 2022. Seúl, Corea del Sur.

—¿Una reunión pequeña? —Damhee, quien nadie había asignado pero siempre se ofrecía a organizar las fiestas de cumpleaños, no podía creer a sus oídos. ¿Su mejor amigo, el futuro cumpleañero y rey de las fiestas, le estaba pidiendo por primera vez desde preparatoria que no le planeara nada muy escandaloso?—. ¿En serio?

El castaño se encogió de hombros.

Se encontraban una vez más en el balde de la camioneta de Yunjin en el estacionamiento de la universidad, para ser exactos, en la parte más desierta y lejana que casi no contaba como estacionamiento en sí, pero que se había convertido en su pequeña zona de descanso porque casi nadie pasaba por allí o, de hacerlo, fingirían que no los habían visto; aunque no importaba quién los viera o no en ese instante, era sábado y ellos solo estaban esperando a que el resto de sus amigos acabaran sus respectivos ensayos. La rubia estaba en camino, comprándoles unos snacks que ella les había prometido hace un par de semanas, y Yuna se encontraba detrás de ellos, recargando su espalda en el vidrio que los separaba con la cabina, con los audios puestos para desconectarse del mundo y su propio vape en mano.

Los cuatro habían vuelto a estar en buenos términos, eso significando que Yunjin y Yuna podían coexistir en la misma habitación sin pelearse; a veces se echaban miradas oscuras o se lanzaban una que otra indirecta, pero era tolerable al menos para el resto.

Lee también se encontraba fumando su cigarrillo electrónico, tratando de evitar la mirada incrédula de su amiga.

—Estoy cumpliendo 24, Damie. —el castaño parecía decir la verdad, pero sabía que la castaña podía ver a través de él—. No tengo muchas ganas de perderme.

—Tú siempre tienes ganas de perderte.

—Pues algo debe venir con la edad que ya me siento mayorcito para hacerlo.

—Permíteme refutar. —la americana, dueña del vehículo, finalmente hizo acto de presencia, lanzando en cara de Shin unos snacks de camarón que ella no le había pedido, pero que de todos modos, por mero acto de cortesía, Huh le había comprado. Luego se apresuró para empujar a Lee y Kim y ocupar un asiento en medio de ellos que ella misma había despejado con su cadera—. Anoche estabas bastante perdido en el bar al que fuimos.

Oh, sí. Ya que Yuna y Yunjin podían soportarse mejor que antes, los cuatros habían optado por ir a un bar a beber un poco después de clases en modo de aprovechar que era el día libre de la americana en el trabajo y, convenientemente, también su cumpleaños. A comparación de ocasiones anteriores, Lee no se embriagó tanto como estaba acostumbrado. Es decir, sí, bebió hasta que sintió náuseas, pero al menos recordaba cada detalle de la noche y él solito llamó un taxi para irse a su casa cuando dieron las 01:30 de la madrugada.

what in the meeff? | heekai.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora