Epílogo; a ti, en 2000 palabras

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Tonto

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Tonto.

Estoy... Corriendo, puedo sentir como mis pies se mueven, intentando evitar los charcos de la ciudad, intentando no caer, intentando distraer a la policía militar para darles tiempo a Ni... Igor y Sina, darles tiempo de encontrarse con Erwin o con alguien que los ayude a salir de aquí sin ser vistos.

Mi corazón duele, pero el dolor se ve opacado por el ardor de mis pulmones, olvidando por completo qué alguna vez fui soldado, uno bueno.

Tal vez habría sido mejor si Erwin no estuviera en mi escuadrón, porque con él ahí, no podía hacer más que pensar en lo mucho que quería que se abalanzara sobre mi.

Mi velocidad comienza a disminuir cuando veo que, debido a mi distracción, he llegado a un pequeño pasillo sin una aparente salida, puedo escuchar a los soldados correr, agradezco que los únicos seres en esta ciudad con un equipo de maniobras ahora estén lejos.

Probablemente muertos.

Mis ojos logran ver una puerta abierta, una que al igual que muchas cosas aquí, no tiene ningún sentido, pues está a algunos metros de suelo, sin alguna escalera que me ayude a llegar ahí.

Apartó un par de mechones de mi frente, odiando la idea de dejar que me atrapen con esta versión de mí.

La familia Loman se caracterizaba por lucir bien en todo momento, por ser sobresaliente y por ser... Lo que todo miembro de la sociedad debería querer ser.

Y ahora, el único heredero varón era yo, con pelo arruinado por la humedad del que por meses fue mi hogar, con ropa sucia y apestosa por su procedencia y por el tiempo que la había tenido que usar.

Mi cerebro trabajo por mi, haciéndome dar cuenta de que había una forma de usar aquella puerta, pues no todo solo no tenía sentido, sino que, había cosas que en algún momento lo habían tenido.

En el muro de las escaleras, había restos de peldaños, así que comencé a apoyarme en ellos para subir, logrando poner mis manos bajo el marco de la puerta para poder apoyarme mejor.

Solo unos segundos después, logré abrir la puerta y tirarme en el suelo, agradeciendo la lentitud de quienes me perseguían.

Pude ver que era una casa habitada, o al menos eso parecía, la puerta por la que había llegado no era la única, sino que había otra, justo al otro extremo.

Agradecí que no hubiera nadie en ese momento y pase mis manos por mi cabello, dejando salir un gran suspiró al sentir que se atoraban en él.

Debo estar presentable para cuando me maten, tal vez consiga que mi asesino se enamore y me permita seguir viviendo.

Camine a una habitación aparte, sonriendo un poco al ver que tuve suerte y se trataba de un baño, observé unas tijeras un poco oxidadas, tomándolas para pararme frente a un espejo sucio.

Fool ─ Erwin Smith [Male OC] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora