My Prince. | rwrb

3°

Henry y Alex estaban durmiendo plácidamente hasta que suena la horrorosa alarma.

Henry estrecha el brazo para poder apagar la alarma que tanto odiaba.

Era lunes y tenía una importante reunión familiar con su hermana y madre en una cafetería bastante famosa de Estados Unidos.

Actualmente Alex y Henry vivían en París con dos criaturas más conocidas como sus hijos.

Sophie y Jonathan, unos niños de lo más traviesos pero muy inteligentes.
Gracias a Dios que hoy empezaban la escuela primaria.

Ellos dos eran mellizos y tenían 6 años. Y lo peor es que se parecían demasiado a su marido, Alex.

Cuando apagó la alarma se levantó y directamente abrió las cortinas para que entre un poco de la luz matutina de las 7:35 a.m.

-Mierda, Henry, cierra las cortinas.- Suplicó Alex abriendo un poco los ojos.

-No, te toca llevar a los niños y hoy tienes que trabajar, señor Presidente.-  Dijo Henry con toque de burla mientras iba al baño.- Levanta a los niños, amor.- Dijo Henry bastante cariñoso a lo lejos

-Voy.- Dijo Alex acurrucandose más en la cama.

Luego de un rato estando en el baño salió recién duchado mientras iba a su habitación. Cuando vió a su marido ya levantado mientras se ponía una camisa color azul de una tela que le encantaba a Henry y unos pantalones negros bastante apretados.

-Amor, no me has dado mi beso matutino.- Dijo Alex poniendo un puchero muy adorable cuando se dió cuenta de que Henry lo estaba mirando muy detallamente.

-Anda, ven aquí.- Dijo Henry acercándose y abrazando a su marido mientras le daba un dulce beso. Alex sonrió mientras ponía sus brazos en la cintura de Henry.- ¿Y porque tengo que yo llevar a los niños hoy cuando te toca a ti?- Dijo Alex.

-Hoy tengo una importante reunión con mi madre y Bea por si no te acuerdas.- Dijo Henry mirándolo.

-Mierda, es verdad.

-Por cierto, me entero que has llegado tarde trayendolos al colegio y juro que vas a dormir en cualquier sitio que no sea nuestra cama.- Dijo Henry dándose la vuelta y alejándose.

Alex solo lo miró confundido, Henry parecía bastante enfadado. ¿Qué habrá hecho esta vez? Osea si es verdad que él a veces si los traé un poquito más tarde de la hora que deberían ya estar ahí, pero nunca Henry lo amenazó, hoy si que no podía traerlos tarde.

Alex cuando salió vió a sus hijos ya vestidos. Habían sido bastante rápidos.

-¿Ya estais vestidos?, que rápido vais vosotros hoy, ¿no?- Dijo Alex sorprendido, normalmente sus hijos tardaban 30 min con ayuda de Alex hoy solo 10 min, extraño.

-Papa nos ha ayudado por qué dice que si lo haces tú tardaremos muchoo.- Dijo Sophie bastante feliz, a ella le encantaba estar con Henry y cuando Henry la ayudaba a ella o a su hermano se ponía muy feliz y se volvía una niña encantadora.

-¿Ha dicho eso? Qué malo es vuestro padre.- Dijo Alex bromeando.

-¡No, papi no es malo!- Grito Sophie, odiaba que cualquier persona le dijese algo malo a Henry, aunque sea una broma. Pero cuando lo decía su padre Alex lo podía consentir, pero parace que hoy no.

-Cariño, es una broma. Sabes que yo amo mucho a papi.- Dijo Alex sonriendo a su hija.

-Pero no tienes que decirle esas cosas a papi.

-Ya no lo diré más, lo prometo.- Que mentira, obvio iba a seguir haciéndolo. Amaba molestar a Henry y lo hará toda su vida.

-¿Pinky promise?