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Todos estaban plácidamente haciendo cualquier cosa. Leer, escuchar música, cantar, pelearse. Eso era lo más común de la familia Claremont Diaz Fox.

Henry parecía ser él más tranquilo de los 4, bueno, 5. También venía David, el pequeño perro estaba encima de Sophie durmiendo un poco mientras la niña peleaba con su hermano a gritos por unos lápices de colores.

Mientras Jonh lagrimeaba un poco, no le gustaba pelear con su queridisima hermana.

Henry mientras escuchaba algo de música clásica de la radio mientras leía y Alex conducia, los 4 estaban muy ocupados haciendo sus cosas hasta que oyeron un gritó, los niños rápidamente se quedaron callados.

-Papá, ¿que ha sido eso?- Preguntó Sophie bastante asustada, no era normal escuchar un gritó en plena carretera.

-Cielo, no será nada.- Dijo Álex intentando no preocuparse demasiado, habrá sido cualquier cosa.

La familia intentó estar lo más tranquila posible. Era algo raro que ocurriese pero claramente no imposible, no habrá sido nada perturbador. O eso querían creer por lo menos los dos hombres.

Luego de un rato la familia estuvo más relajada y siguieron normalmente con su camino. Los niños volvieron a empezar a pelear por cualquier tonteria, Henry se quedó dormido y Alex les intentaba callar de alguna forma para no molestar a su esposo de su siesta.

Luego de un rato pararon y pararon en un tipo de restaurante de estos que te encuentras normalmente cuando paras en un viaje. La familia lo primero que hizó fue sacar un poco a David por una pradera cercana de por ahí. Los niños mientras corrían un poco con David los hombres solo se sentaron un rato para apreciar las maravillosas vistas que habían. No hablaban. Los niños rápidamente volvieron corriendo donde sus padres y cada uno cayó en uno de los dos hombres. Sophie cayó encima de Alex mientras Jonh encima de Henry. Los niños abrazaron cariñosamente a sus progenitores. Casi nunca hacían eso sus hijos, no eran demasiado cariñosos. Por eso Henry y Alex disfrutaron ese corto tiempo. Un rato después no demasiado largo sus hijos se fueron corriendo otra vez.

Henry y Alex se miraron y sonrieron, no dijeron nada pero sus ojos podían decir más que mil palabras. Así que se abrazarón, Henry se encontraba en el pecho de Alex mientras Alex se apoyaba en la cabeza de su marido.

Al poco tiempo volvieron sus hijos con David corriendo mientras parecían jugar al pilla pilla.

Los hombres solo sonrieron al ver a los niños, ellos los amaban tanto que podrían llegar a matar por ellos.

Los niños luego de jugar un corto tiempo más volvieron donde sus padres, parecían demasiado cansados luego de jugar un largo rato. Así que los hombres solo los cogieron a caballito y volvieron a su coche. Cada uno dejaron a sus hijos en sus asientos, y a los pocos minutos se quedaron profundamente dormidos.
Los hombres también se subieron y David esa vez decidió subirse al regazo de Henry. Y volvieron a emprender de nuevo a su viaje. Henry esa vez decidió jugar a un juego que se instaló hace unos días atrás mientras Alex conduncía.

Claro que Henry también conducía pero ese día no le apetecía tanto. Aunque no lo pareciese conducir a veces es bastante cansado y difícil.


My Prince. | rwrbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora