Londres, Reino Unido
Cantaba mi nana favorita, la cual había traspasado generaciones piratas, con la intención de dormir al pequeño ser envuelto entre mis brazos.
Una vez me aseguré de que se encontraba en un profundo sueño, le pasé a la cuna con cautela.
-No te preocupes, mi pequeña. Mamá y papá vendrán muy pronto con mucho oro para su princesa pirata. Susurré observando su collar de oro con una diminuta y blanca caracola.
Salí de la habitación en total silencio, no sin antes dejar un beso en la cabellera del niño de apenas tres años que se encontraba dormido en la cama próxima y aferrado al anillo de oro que su padre le había obsequiado y ahora colgaba de su cuello.
-¿Ya se han dormido? Preguntó el Capitán Tic, sentado en la mesa y con una copa de exquisito ron en su mano.
-Por completo. Aseguré con una sonrisa, aceptando la copa que acababa de extender hacia mí. -Gracias por cuidar de ellos hasta que volvamos. Dejarles con Elizabeth y el pequeño Will supondría un viaje demasiado largo para ellos.
-Es un placer aguantar a esos renacuajos piratas. Admitió divertido. -¿Cuándo partes?
-Poco antes del Alba. Necesito llegar a España durante la semana próxima.
El pirata procedió a servirse una mayor cantidad del preciado licor. -Suerte con ello. Si alguien puede lograr tales planes, son personas tan locas como mi hijo y tú. Si es que existe alguien semejante, claro está.
-Te agradezco el cumplido. Señalé finalizando el contenido de mi copa con una sonrisa de lado.
-Recuerdas la leyenda de la fuente correctamente, ¿cierto? Cuestionó observando como tomaba asiento a su lado con el objetivo de rellenar mi copa.
-La duda ofende. Respondí divertida. -La fuente de la juventud... para cuyo ritual profano es necesario los cálices de Ponce de León, agua de la fuente, años que serán arrebatados y una lágrima de sirena.
Tras cinco días navegando, llegué a la corte española, donde ya me esperaban con ansias.
-Majestad. Saludé entrando en la sala repleta de tesoros.
-Capitana. Dijo el rey, tomando mi mano repleta de anillos para besar su dorso. -Espero que su inesperado viaje a Londres le haya servido para concretar todos los detalles de nuestra próxima travesía.
-Los planes inesperados son los más gratificantes, majestad. De hecho, ha de saber que no somos los únicos que persiguen tan ansiada recompensa. Comenté caminando por la resplandeciente habitación.
-Continua. Me pidió interesado.
-El rey británico piensa mandar varias tropas en su búsqueda al mando del hombre de una sola pierna e, incluso, el propio Barba Negra también desea encontrar la fuente para alargar su propia existencia.
-Interesante... ¡Spaniard! Llamó a uno de sus marineros.
-¿Sí, alteza?
-¿Ha preparado todo para partir esta misma tarde como le ordené?
-Si, señor.
-Bien. Quiero que obedezcan todas las órdenes de Susan sin dudar.
-Pero, alteza...
-Ella es su capitana, Spaniard. Le interrumpió con severidad. -Y no hay nada que discutir al respecto, ¿algo más?
-No, señor.
-Eso creía... Se giró en mi dirección y me ofreció su brazo con caballerísmo. -Su barco y su tripulación la esperan, Capitana.
-Justo lo que deseaba escuchar... Comenté con mi sonrisa ladina y colocando adecuadamente mi sobrero negro antes de entrelazar nuestros brazos y caminar en dirección a la puerta.
-Ya es hora de que esta nueva aventura de comienzo después de tan larga espera, ¿no creéis?
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Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas
FanfictionDespués de tanto tiempo, esta historia cuenta una nueva aventura de nuestros protagonistas: El Capitán y la Capitana Sparrow, cuya sed de poder y venganza nunca cesa. Solo cabe recordar una cosa: "Su alma estaba destina a encontrarse con otra apare...