EL DÍA DE JOO-KYUNG NO HABÍA EMPEZADO DE LA MEJOR MANERA: Había empacado las cosas de Suho —la chaqueta y el manga que le debía— y por eso estuvo a punto de perder el bus. Afortunadamente alguien lo detuvo por ella, pero una vez dentro un tipo se había dedicado a sacarle fotos por debajo de la falda. Su nueva amiga Sujin había sido lo suficientemente valiente y atlética como para perseguir al idiota y detener su huida. Hablaban precisamente de eso cuando se encontraron con Sooha en el instituto, y aún seguían cuando Suho les dio un empujón porque estaban en su camino. El pánico cundió entre ellos y los demás alumnos alrededor cuando una motocicleta avanzó por el camino sin importarle arrollar a alguien. Sobre ella habían un chico y una chica que no tardó en reconocer cuando ambos se bajaron y se quitaron el casco. Joo-kyung pudo confirmar que su amiga rubia conocía al motero de la otra vez y que, además, parecían bastante cercanos. No será que...
La sorpresa fue aún mayor cuando todos parecían conocer a ese chico, pero nadie entendía el hecho de que estuviera con Minying. El más desconcertado por ese hecho fue Suho, que se había parado frente a ellos haciendo que el ambiente se tornara incómodo. La mirada del pelinegro se desvió del chico a Minying, que ni siquiera le dirigía la mirada.
—Vamos a llegar tarde, Seojun—tironeó la rubia de su brazo—. Ese no era el trato.
—Que molesto—rodó los ojos, apartando por fin la mirada de Suho y haciéndole caso a su amiga.
El único que quedaba plantado allí les miró incrédulo. Minying, su amiga desde hacía unos meses, no sólo había llegado con la persona que peor le podía caer, sino que además le había ignorado completamente y se había ido con Seojun. Algo en él se removió con disgusto, odiando la confianza con la que Minying había sujetado el brazo del chico. Una vez más se dio cuenta de que había un muro entre Minying y él, y que cuando parecía que lo había superado, volvía a estamparse con la realidad. Eran prácticamente desconocidos que estaban cómodos el uno con el otro.
El primer receso llegó, y mientras Suho se fue con Sujin, Minying se fue con Seojun. Joo-kyung tenía bastante curiosidad en su relación. A juzgar por su comportamiento en la tienda de cómics, la rubia y el pelinegro eran amigos, sin embargo, en el instituto actuaban casi sin conocerse —a pesar de las pequeñas y disimuladas ayudas que a veces le daba Suho. Además, tampoco sabía que su heroína y el príncipe de hielo se conocían, y también le extrañaba que nadie supiera de la relación entre Seojun y Minying. Por eso le preguntó a la reina del chisme: Sooah.
—Oye, ¿Sujin y Lee Suho son cercanos?
—Sí, son bastante cercanos. Sus familias se conocen desde que eran niños—confirmó—. La única chica con la que realmente ha hablado es nuestra Sujin.
A Joo-kyung le hubiera gustado desmentir eso, pero como él ya le estaba guardando un secreto y la rubia era también su amiga decidió no revelarlo. Quizás había una razón de peso en querer ocultarlo. Quizás, como Seojun se llevaba mal con Suho, quería problemas con su novio.
—¿Y qué me dicen de Minying y Han Seojun?
—Eso ha sido ciertamente una sorpresa—Sooah hizo una mueca—. A pesar de que ambos han estado aquí, no se les ha visto juntos. Parecen polos opuestos, ella muy amable y tranquila, y él... bueno, Han Seojun, pero el amor es así, ¿no, cariño?
Joo-kyung intentaba huir de la diabetes andante que tenía a su lado cuando la puerta se abrió de un golpe. Por ella entraron unos chicos que parecían pandilleros y se llevaron a Han Seojun, con Minying siguiéndoles de cerca. Menuda escena...
—Pobre Minying, lo que soporta por amor—murmuró Sooah.
Cuando volvió Suho, no encontró a la rubia por ninguna parte, además de notar la ausencia del motero, lo que le hizo suspirar frustrado. Por si fuera poco no había podido evitar oír los nuevos rumores. Seojun llega en su moto con su novia, Kim Minying. Esperaba que fueran simples rumores.
El día no mejoró para él. A donde quiera que fuese, Minying estaba con Seojun, y por si fuera poco, Joo-kyung le andaba persiguiendo con una extraña actitud cercana. Estaba en leyendo en los jardines cuando uno de sus cascos fue retirado de su oído. Creyó que podría ser la rubia, pero habían acordado actuar como desconocidos en la escuela. Resultó ser Joo-kuyng y su rara actitud del día.
—Ven a la azotea—le susurró, para luego guiñarle y salir corriendo.
—Vaya, vaya—escuchó una familiar risa—. Parece que el gran príncipe Suho tiene una nueva admiradora, ¡y no es nada más y nada menos que la diosa de Sabeom!
El chico cerró los ojos frustrado. Cómo no, Kim Minying siempre apareciendo en los momentos menos indicados, era una especie de don.
—Está loca—le dijo—. Lleva actuando así todo el día.
—Es el efecto Suho—rió.
—¿Por qué conoces a Han Seojun?—cambió de tema. La rubia frunció el ceño.
—Es alguien cercano, lo conozco desde hace bastante tiempo—dijo dando información superficial—. Tienes una cita, Lee Suho, será mejor que no la hagas esperar.
Dicho esto se fue tan rápido como vino, y él se quedó sin las respuestas que quería.
Quizás, hoy tampoco era el día de Suho. Pero al menos había encontrado algo interesante: Joo-kyung era la misma chica que la de la tienda de cómics.
¡Feliz 추석!
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ɴᴇᴠᴇʀ ꜰᴏʀɢᴇᴛ
FanfictionUna chica, un chico y una tienda de cómics. ¿Qué podría pasar? Lee SuHo x Female Oc