El Rey Fantasma que cayó.

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Siete años átras

Era el año del décimo cumpleños del Príncipe Heredero de XianLe y en la ciudad la alegría se respiraba en el aire, risas, cantos y alabanzas sonaban, el sol estaba por ponerse y en las calles las personas se preparaban para el Festival de Faroles. Dentro del Palacio Real las cosas no eran muy diferentes, el orgullo del Rey y La Reina, su más grande bendición corría por aquí y por álla desbordando energía.

-¡Su alteza corre muy rápido!- gritaba un pequeño Feng Xing que corría tratando de alcancar al Príncipe, pero cuando estuvieron a punto de pasar cerca del Gran Salón Marcial se detuvo.

-¡Eres muy lento Feng Xin! ¡No me podrás alcanzar nunca!- presumía Xie Lian sin darse cuenta de que un hombre salía por la puerta. Inevitablemente Xie Lian terminó chocando contra él y cayendo al piso, sin mirar hacía arriba él pensaba que en el peor de los casos habría chocado contra el Guoshi Principal y sería reprendido por su conducta, pero no se imaginó que quien estaría frente a él era nada más y nada menos que su propio padre, quien lo miro con severidad y a punto de levantar su mano Feng Xin intervino.

-Majestad, no regañe a su alteza, fui yo el que tuvo la idea de jugar así- Feng Xin hizo una reverencia profunda esperando por el regaño, sin embargo, el Rey continuo su camino. Por el rabillo del ojo Xie Lian pudo notar que en la mano que antes intentó alzar el Rey, sostenía un delicado farol blanco e intuyó que si no fuera por ese choque, aquel farol sería ahora de él. "Qué lástima", pensó.

-Muchas gracias Feng Xin, eres un gran amigo, no olvidaré lo que hiciste por mí- Xie Lian dio unas palmaditas en el hombro de su amigo y ambos sonrieron con alivio.

-Espero que no tenga problemas con su amigo porque ahora va a sufrir el mismo castigo que su Alteza- a sus espaldas sonó una fría voz. Era el Guoshi Principal, Xie Lian y Feng Xin sintieron escalofríos al escucharlo.

Tal como dijo el Goshi Pincipal, ambos fueron castigados, recluídos en sus habitaciones, sin poder disfrutar del Festival.

Al entrar la noche a la distancia Xie Lian pudo observar como las luces alzaban su vuelo hacía el cielo, admirando el pasiaje pensó que era una lástima haber sido castigado por algo tan simple. Y siguió mirando el espectáculo durante al menos unas dos horas, hasta que notó un pequeño farol tambaleante que iba cada vez más abajo, luciendo tan triste y miserable ese objeto conmovió su corazón. Pero la inquietud le impidió observar más y decidió escapar en su dirección. A su corta edad ya era admirado por sus múltiples habilidades, pero esta era la primera vez que las usaba para desobedecer a sus mayores.

Cuando tuvo la oprotunidad de escabullirse salió corriendo del Palacio Real, corrió tan rápido que en el tiempo de un incienso había alcanzado la salida de la ciudad. Y no fue tan lejos cuando vislumbro el pequeño farol, pronto alcanzaría la copa de algunos árboles. Se dirigió hacía ahí adentrándose en la naturaleza, rápidamente subió a uno de los árboles que estaban en el camino del farol y lo alcanzó. "Pequeño y triste farol cumpliste tu misión", pensó. Notó una rasgadura, seguramente esa era la razón por la que había descendido. Y entonces un ruido lo alerto, desde arriba pudo observar cerca de un claro la figura de un hombre tendido en el suelo. En otra situación podía haberlo ignorado, pero este día lleno de rebeldía, la curiosidad lo impulso a acercarse. lenta y silenciosamente se escondió en un arbusto cercano. No pasó mucho tiempo para darse cuenta de que aquél hombre estaba herido de alguna forma que él no pudo entender muy bien al principio. Se acerco más y-

-¿Te... diste cuenta?... Ahora es...inútil... Ya... no las tengo- habló pausadamente, su voz era ronca y profunda. Xie Lian no contestó, parece que el hombre lo había escuchado llegar así que salió de su escóndite.

La Redención Del Rey Fantasma. Hualian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora