Cap.33

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—¿Qué pasó con el camión? —inquirió Lucas, algo que lo destacaba es que es súper chismoso.

—El chisme trae problemas —aconsejo la fémina acompañado de un bostezo.

—¿Más de los que tengo? —respondió Lucas con un aire despreocupado tomando asiento en el taburete que está frente a la cocina.

—Sí, más —respondió su hermana sin más.

Hubo un silencio incómodo en el lugar, ¿ahora que, se van a dormir o se quedan mirando a la cara todos?

—Me voy primero —se acercó a su hermana y le dio un suave jalón en uno de sus mechones desorganizados para luego irse a la fuga.

—¡Oye! —chilló su gemela levantándose con rumbo a perseguir a su hermano y darle su merecido en broma.

—¿Estás bien? Te noto cansada —se acercó su hermano Lucas brindándole un abrazo cálido en conjunto de acariciar su larga melena.

Son uno de esos abrazos donde te permiten dejar de hacerte la valiente y la fuerte ante el mundo y permitir que tu niña interior sienta paz consigo misma.

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Pov Andrea
Todo se ve tan irreal, es como ver una pantalla del futuro, de como nos veríamos, todos, mis hermanos y yo. Un futuro donde probablemente seamos felices, incluso se siente tan irreal que me atrevería a jurar que estoy soñando de nuevo.
Todos los chicos se ven más altos, un tanto más varoniles, pero aún así conservando su esencia, esa la que los representa, cada uno, diferente con sus ocurrencias, vocabulario, personalidad. Es lo que los hace diferente ¿no?

A la final, quien lo diría Lucas y Andrés si hicieron un par de tatuajes y se ven como todos unos malotes, Nick y Erick tienen sus respectivas parejas aunque no sea del todo creíble, son todos unos tontos cuando ellas están cercas.

Y Samuel.... ¡ay! Se ve muy sonriente en las fotos a que envía, viajando por el mundo con el dinero ahorrado, porque así es, todos tenemos derechos a cumplir nuestros sueños. Me alegro mucho por él, sonaría egoísta pero preferiría que este junto a mí contándome sus fascinantes lecciones de vida.

Todos parecen que están haciendo sus vidas y les va genial. Parece que aún no se han dado cuenta que la he estado observando desde hace un rato largo.

—Se ven muy felices, ¿no crees? —dijo aquella voz masculina calmada. Esa voz que se parece a la voz de tu cabeza.

—Así parece, quisiera que volviéramos a aquellos tiempos donde todo era totalmente perfecto,  solo nosotros contra el mundo, contra todos—dí un pequeño suspiro con cabeza baja y para volver a hablar volví con la cabeza al frente, pero sin hacer contacto visual.— solo quiero volver a esos tiempos donde mis hermanos eran sobreprotectores y tenía que estar quejándome constantemente, ahora que tengo una mente más madura me logro dar cuenta que llenaron ese vacío de poder desear tener unos padres—dije y sonreí con mucha nostalgia.

Ni siquiera me dio tiempo de pensar en tener unos padres, peque tuve la gran suerte de tener los mejores hermanos. Incluso Andrés, ese chico fue mi mejor amiga y mi confidente, lo aprecio. Pero creo que se está acercando el momento de marcharme, no lo quiero pero debo.

—Falta poco, ¿que quieres hacer? —inquirió aquella voz masculina detrás de mí sosteniendo mis hombros con amabilidad.

—Me apetece la probablemente última cena, me es de mi agrado ir al  McDonald's, a comer una cajita feliz y un helado,  después marcharme. Mientras más rápido sería mucho mejor —respondí con una sonrisa ladina aunque se ve un poco triste pero es la que está.

Así fue La Parca me llevó a comer, por lo menos moriré con el estómago lleno no sería tan malo. Disfruté ese helado como nunca, siempre solía pasar por el frente de la playa de igual manera vivía despreocupada y dije que no sería tan revelante porque no me pasaría nada, pero justamente hoy, la playa se veía muy bonita, captó mi mirada.

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—¿Continúa?

Vivienfo con mis 7 hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora